El PSC pasa el ecuador de la legislatura con tormenta en la Generalitat de Cataluña

El gobierno presidido por José Montilla emboca la mitad de su legislatura con más asignaturas pendientes que logros por los que sacar pecho. No ha conseguido que los electores perciban el acento social en su ejecutoria. No ha conseguido desbloquear el Estatuto, y el acuerdo sobre financiación sigue verde. Por el contrario la crisis económica castiga con especial dureza a Cataluña igual que la bonanza la beneficiaba.

Cuando llegó a la presidencia de la Generalitat,el 28 de noviembre de 2006,  Montilla tenia una agenda oficial: el pacto del tripartito; y una agenda particular o partidaria. Esta segunda tenia puntos claros. Uno era rebajar tensiones con el Gobierno de Madrid. Otro, conseguir que el acento social se impusiese sobre la tradicional reclamación nacionalista, y todo ello en el marco de un nuevo estatuto que fijaba los límites de la reivindicación, y de una financiación que quitaría argumentos a los victimistas.



Casi dos años y medio después la realidad desmiente los deseos de Montilla. Lo dice el barómetro del Centro de Estudios de Opinión, que afirma que tres de cada cuatro catalanes se sienten insatisfechos con los políticos. Este es el porcentaje más alto desde junio de 2005. El 74% de insatisfechos sale de combinar el malestar coyuntural con el estructural. Si sólo se contase el primero la deafección llegaría al 85,1%.

Sea porqué el listón del Estatuto se puso muy alto o sea porqué la crisis económica no da para todo, lo cierto es que los elementos centrales de la política del tripartito se hallan en vía muerta. Esta situación es letal para los socialistas catalanes. No consiguen que el gobierno amigo les haga caso y no pueden marcar distancias con Zapatero, el político más querido por el votante catalán. Y todo ello consigue que CiU se mantenga como el partido más votado casi ocho años después de perder el poder.



La crisis ha puesto la guinda al pastel. Montilla se ha convertido en un bombero que intenta evitar que el incendio se extienda: Seat se salvará con grandes aportaciones de fondos públicos. Igual pasará con Nissan, pero los centenares de empresas de otros sectores que forman parte del tejido industrial catalán no tienen la capacidad de presión de las multinacionales, y caen a un ritmo de 1000 parados diarios.

A pesar de todo: falta de resultados, crisis económica, desafección del electorado, el tripartito sigue en pié. A pesar de ello cualquier cambio a futuro: sentencia del Tribunal Constitucional, financiación, o un agravamiento de la crisis puede hacerlo saltar por los aires. ¿Y entonces?. Entonces se abrirá con fuerza la posibilidad del acuerdo con CiU, siempre negada oficialmente, lo que daría finalmente estabilidad a la política catalana y española.

Chacón, desaparecida en combate para el PSC

Carme Chacón, la ministra de Defensa, suena como posible vicepresidenta en una próxima renovación del gobierno. La ministra tiene buena imagen en el conjunto de España. Incluso en Cataluña la mantiene, aunque entre el pequeño mundo de la clase política local, ha perdido muchos enteros. No sólo entre los adversarios, es normal; sino entre los propios compañeros socialistas.



A Chacón, que en las anteriores legislativas asumió la cabecera de cartel del PSC en Cataluña, se le achaca desde su partido que, una vez en Madrid, ha dejado de lado su responsabilidad como líder del PSC y se ha concentrado exclusivamente en tareas ministeriales, lo que ha hecho que su actuación esté más en la lógica del núcleo duro del PSOE que en la de su propio partido.

Las tiranteces que han vivido los dos partidos hermanos: PSC y PSOE, a cuenta de la negociación de la financiación han llevado a momentos especialmente tensos entre Chacón y sus compañeros catalanes, que se han tomado muy mal que las únicas indicaciones de la ministra recibidas en la sede de la calle Nicaragua, de Barcelona,  han sido para sugerir menos beligerancia. En este sentido, quienes conocen los entresijos de la negociación sobre la financiación hablan con mucho respeto de la vicepresidenta Fernández de laVega, que ha conseguido desencallar ya varios puntos de la negociación. Si embargo, de “la” Chacón dicen que “está desaparecida en combate”. Y quizás por ello, en el PSC no se ve ni bien ni mal que “su” ministra escale puestos en el “olimpo madrileño”.