En declaraciones a los medios, 'Mingo', que según ha dicho
"de momento aguantaba de pie", ha criticado que el Consistorio no le haya ofrecido
"nada" ni le haya propuesto
"ninguna solución" para arreglar su situación después de la demolición de su vivienda y de su negocio.
Ha dicho que este miércoles -antes de comenzar los trabajos de derribo- el Ayuntamiento le ha cortado el agua y le ha quitado el contador para que no pudiera conectarse a este servicio municipal y ha afirmado que
"los únicos" que se han portado
"bastante bien" son el concejal del PSOE
Roberto Pellón y algunos de sus compañeros de partido.
"Han hecho todo lo que han podido", ha afirmado el propietario de este establecimiento de la localidad de Ajo, quien ha asegurado que cuando se marche la pala excavadora y se retiren los escombros va a construir un
"chabolo" con un toldo y va a vivir en los que, ha dicho, son sus terrenos.
La pareja de "Mingo",
Gertrudis, ha criticado también la actuación del presidente de Cantabria,
Miguel Ángel Revilla, que
"paradójicamente" fue quien en su etapa como consejero de Obras Públicas concedió la licencia de obras que provocó las denuncias de los vecinos.
"Luego con llevar sardinas lo tiene todo arreglado", ha afirmado la pareja de Domingo Herrero, quien también ha tenido que presenciar como el negocio en el que ambos han trabajado
"muchos años" y su vivienda quedaban a merced de la pala excavadora.
Sin embargo, ha agradecido el apoyo de los vecinos de la localidad.
"Ellos son los que nos han apoyado, es lo más importante que tenemos", ha añadido.
La sobrina del propietario del bar,
María Jesús Herrero, ha culpado al regidor municipal,
José de la Hoz, de quien ha dicho que mientras
"por delante" aseguraba que hacía
"todo lo posible" por ayudar a 'Mingo',
"por detrás, estaba haciendo todo lo posible para tirarlo (el local)".
"Fíjate el montaje que ha hecho (el alcalde)
con el dispositivo de seguridad cuando aquí nunca ha habido problemas cuando han venido a tirarlo", ha criticado la sobrina de 'Mingo', en referencia a la presencia de cerca de una cuarentena de guardias civiles para evitar posibles altercados.
El secretario de la Asociación de Maltratados por la Administración (AMA),
Juan Luis Urrutia, que también ha sido testigo de la demolición, ha calificado este derribo como una
"gran injusticia" y un
"fallo gravísimo" de las instituciones regionales.
Ha asegurado que los integrantes del Ejecutivo que preside Miguel Ángel Revilla son
"unos incompetentes", "incapaces" de haber dado una solución a los afectados de Bareyo y de Arnuero, además del resto de propietarios del millar de viviendas con sentencia de derribo en Cantabria.
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