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Tigres la libro en estadio Universitario no irá a 2da

Tigres la libro en estadio Universitario no irá a 2da

domingo 10 de mayo de 2009, 20:10h
Tigres la libro en estadio Universitario no irá a 2da La erupción fue completa, después de todo, en El Volcán, la recomendación de sólo permitir 50% del aforo total del estadio pasó de noche. Por eso, el rugido del Universitario en cuanto el árbitro pitó el final del 1-1 ante Morelia, eliminado, fue más grande que en la anotación de su equipo. Tigres se mantiene en Primera División Nacional. El sonido local anunciaba la derrota necaxista y el abrazo de los jugadores felinos se consumó.

Fue una noche marcada en camino recto. Porque Tigres encontró rápido la ventaja, porque en Morelia, Horacio Cervantes se volvió loco y se hizo expulsar en el primer lapso, porque la reacción michoacana no alcanzó, porque Necaxa nunca los presionó desde la capital.

Por eso, Tigres no tuvo mariposas en el estómago. Vaya, si el gol llegó desde el minuto dos en remate de cabeza de Antonio Molina, y la expulsión de Cervantes, al 11’, no había de qué preocuparse.

Incluso, el tanto de Monarcas, de Gastelum sobre el minuto 52, tampoco los presionó de más.

Para entonces, Monarcas se notaba fundido. Sin su técnico en la banca. Sí, Tomás Boy, ese símbolo felino que no podía ser el artífice del descenso del equipo de sus amores como jugador.

Boy se fue expulsado temprano y Tigres esperó el silbatazo para brincar, brincar y brincar.

Así se salvó la franquicia felina. Sin necesidad de quejarse por el arbitraje de Arellano o voltear dudoso al duelo entre los hermanos de Televisa.

Cobijado por su público, Tigres se mantuvo como equipo de Primera, ante un Volcán en erupción.

Televisa pierde 13.5 mdd por descenso de Necaxa

Lágrimas de frustración rojiblanca en el Estadio Azteca. Lágrimas que representan 13.5 millones de dólares perdidos para Grupo Televisa. Los otros 30, invertidos en el América durante el más reciente año, aún se pueden rescatar, pero todo está en manos del duelo Indios vs. Guadalajara.

Ironías del futbol mexicano, en el que el “hermano menor” descendió tras ser derrotado por el “primogénito”. En el que las Águilas apenas ganaron su primer partido en casa en el certamen, pero suficiente para tener esperanza de Liguilla. En el que el futuro de los azulcrema depende de su rival más acérrimo, que los eliminará, si hoy derrota a los Indios, o si estos triunfan por dos goles ante el Rebaño Sagrado.

Al menos anoche, el América no fue tan malo como el Necaxa. Con bastante más concentración que sus desesperados rivales, los pupilos de Jesús Ramírez encontraron en Fernando Ortiz al hombre que les dio la victoria (28’)… Y la posibilidad de seguir vivos. 

De celebrar con su entrenador, ni hablar. El central argentino, “cepillado” por Chucho durante los tres más recientes partidos, fue felicitado por los líderes en el vestuario amarillo: Salvador Cabañas y Pável Pardo, quienes habían expresado públicamente su descontento por la suplencia del Tano.

A final de cuentas, el zaguero es parte de la costosa inversión amarilla desde que Michel Bauer asumió la presidencia del club, justo después del penoso sótano general en el Clausura 2008.

Esa fue la diferencia entre un equipo que aún rasguña la Liguilla y otro que está en Primera A.

Grupo Televisa reforzó a los Rayos con una decena de futbolistas para el actual certamen. Todos de medio pelo, sin la categoría de figura.

Federico Insúa, Alfredo Moreno, Ricardo Rojas, Carlos Infante y Diego Cervantes demostraron por qué salieron de Coapa.

Todos mostraron compromiso, pero eso no alcanza cuando te juegas la permanencia.

Y los demás refuerzos, con un nivel muy similar. Carlos Pavón fue fichado tras la lesión de Víctor Píriz. El hondureño no marcó un gol… Ayer, Raúl Arias prefirió sustituirlo con Cervantes, un defensa central que provocó más peligro que el atacante catracho.

Para completar el cuadro, Germán Villa deambuló durante los últimos 10 minutos del Necaxa en la Primera División.

De nada sirvió el apoyo de más de 10 mil aficionados rojiblancos, esos que no iban al Coloso de Santa Úrsula cuando su equipo dominó el futbol mexicano.

Ayer sí estuvieron… Y las lágrimas fueron inevitables cuando Francisco Chacón oficializó el descenso de su equipo.

Arias pareció inmutable, igual que hace 10 años y medio, cuando condujo a los Rayos al título del Invierno 1998. Buscó a todos sus jugadores, les dio una palmada en la espalda y se marchó al vestuario con la mirada absorta.

La pérdida estaba asegurada para el consorcio televisivo, pero no para los jóvenes que crecieron apoyando a un equipo que anoche descendió por primera vez.

Y las Águilas festejaron tímidamente, con respeto ante el dolor del “hermano”… O quizá, con la certeza de que su destino está en manos de los Indios... y de su acérrimo rival: el Guadalajara
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