www.diariocritico.com
Los mítines van por un lado; la realidad, por otro

Los mítines van por un lado; la realidad, por otro

domingo 24 de mayo de 2009, 17:24h
Curioso: los oradores en los mítines se dedican a dar estopa al de enfrente, y a poco más. Los medios de comunicación cada día hacen menos caso de estos actos de campaña, hasta el punto de que ya casi no hay ‘caravanas’ de periodistas siguiendo el deambular de los líderes por toda España. Y, desde luego, los grandes titulares en la prensa parecen, con muy pocas excepciones, haber olvidado que existen unas elecciones el próximo 7 de junio –ahí, a la vuelta de la esquina—y que tanto Zapatero como Rajoy actúan como si en ganarlas les fuese la vida.

Leyendo los diarios, contemplando las imágenes que nos sirven las televisiones, escuchando los cortes radiofónicos, me convenzo más y más de que los mítines van por un lado y la realidad del país, por otro. Ni las ramificaciones del pegajoso ‘caso Gürtel’; ni las descoordinaciones entre ministerios a cuenta de la ‘gripe de los cuarteles’; ni los dislates en el CNI –la ‘casa de los espías’--; ni los desplantes chulescos del dramaturgo Sastre, encantado de la legalización de su candidatura apolillada; ni los líos internos en el PP a causa de tantas cosas ni los del PSOE a causa de la proyectada reforma del aborto, ni los divertidos capones que Aznar le arrea a su sucesor, y los de González al suyo…Nada, nada, se trata en los mítines con la profundidad y atención que estas cuestiones, que pueblan las páginas de los periódicos, requerirían.

Tiemblo al pensar cómo será, este lunes, el primer ‘cara a cara’ televisivo entre los dos principales candidatos a estas elecciones europeas, Juan Fernando López Aguilar y Jaime Mayor Oreja (sí, son ellos los candidatos, y no Zapatero y Rajoy, aunque nadie lo diría, al ver a ambos cabezas de lista como en un segundo plano). Porque si los asuntos más candentes, los que verdaderamente interesan a la ciudadanía, no están en los mítines, o están de manera tangencial y siempre sesgada, ¿qué decir de las cuestiones europeas? Europa, que debería ser la protagonista de una carrera hacia las urnas que no parece que vaya a estar demasiado concurrida, es casi una convidada de piedra: aburre. Lo cual es un error, me parece que compartido con otros países de la UE, mucho más atentos a sus cuestiones internas que a cómo será su participación en un club, el europeo, que se desdibuja y del que, sin embargo, tanto dependen nuestras vidas. Así que no esperemos nada demasiado original de esta confrontación en la pequeña pantalla entre dos personas que, pese a la niebla de la que se les rodea, me parecen, ambos, estimables, aunque poco capaces de suscitar entusiasmos. 

Casi me atrevería a decir que la campaña electoral parece servir más de divertimento, circo y no pan, que de estímulo al espíritu político y al esclarecimiento de la ciudadanía. Es un ruidoso y bullanguero método para olvidar, o maquillar, por unos días las angustias de cuatro millones de parados, de miles de empresarios que no pueden pagar los salarios, de cientos de miles de autónomos que han visto drásticamente reducidos sus negocios. Cuestiones que sí, de acuerdo, se abordan en los mítines, pero siempre en forma de arma arrojadiza a la cabeza del adversario, nunca en busca colectiva de soluciones, como si el ataque al rival fuese más importante que tratar de paliar las desgracias.

Todo el mundo sabe que los mítines no sirven de nada, son meras comparecencias aclaratorias ante los convencidos. Y, sin embargo, ahí siguen los líderes, trotando de punta a punta de la geografía española, desgastando sus voces y gastando su tiempo para recaudar los aplausos de los propios y las imágenes de las televisiones que, puntuales, allí están siempre, con sus tomas forzadamente épicas. Me parece que, más que nunca, el conjunto del país sintoniza en otra onda. Ojalá que este mirar hacia otro lado no se traduzca en un serio aviso abstencionista ante las urnas.
¿Te ha parecido interesante esta noticia?    Si (2)    No(0)

+
0 comentarios