¿Por fin?

  La reacción es espontánea: ¡Por fin! Por fin la fuerza pública española realiza una operación antiterrorista digna de este nombre, deteniendo a varios miembros de la banda ETA y desarticulando (en la medida en que se pueda decir eso) el llamado pomposamente "comando Donostia". Como en los cuentos, hacía mucho, mucho tiempo que no sucedía una cosa así, y no creo equivocarme si digo que una sensación de enorme alivio ha recorrido el espinazo de millones de españoles, que veían cómo se llamaba "lucha contra el terrorismo" a sentarse en una mesa con los asesinos y negociar el precio de su desistimiento del asesinato, el secuestro, el robo y los estragos como modos de hacer política.

   ¿Quiere esto decir que Rodríguez Zapatero ha cambiado su estrategia de buenismo, y ahora ha pasado a la convicción de que con los terroristas no se negocia, sino que a los terroristas se les persigue, detiene, juzga y encarcela? Estas detenciones, ¿son síntoma cierto de que el Gobierno y el partido socialista han decidido volver a aquel consenso básico con el Partido Popular que representa al 85 por ciento de los españoles, y que produjo entre otras cosas el Pacto por las Libertades y la Ley de Partidos? En resumen, ¿podemos decir que por fin la política antiterrorista vuelve a territorios de cordura?

   De eso, lamentablemente, ya no estoy tan seguro. Podría ser que sí, y pocas cosas millones de españoles desean más. Pero también podría ser que no, y que hubiera que enmarcar esta acción de la Guardia Civil en el mismo contexto de negociación con la ETA, sólo que con sus mismos métodos. La ETA voló el aparcamiento de la T-4 de Barajas, mató a dos personas, y a continuación dijo que el proceso de negociación seguía abierto; pues ahora, el Gobierno detiene a unos cuantos terroristas, desarticula un piquete, y transmite a la banda que el proceso sigue abierto. Eso, por desgracia, también es posible. Y peor aún: es lo más probable, sobre todo si tenemos en cuenta que hay elecciones cerca, y hay que buscar votos "como sea", por usar una de las expresiones favoritas de Rodríguez.