El País vasco tiene solución

A pesar de los nacionalistas o tal vez porque los nacionalistas ya no están en el poder, en la equidistancia, en el cogérsela con papel de fumar y en la desvergüenza de comprender mejor a los verdugos que a las víctimas, el País vasco lleva camino de tener solución.

Las palabras tienen más fuerza que las pistolas porque aunque las pistolas matan, las palabras dan fuerza a las revoluciones y en Euskadi puede que haya comenzado una verdadera y muy necesaria revolución.

Durante muchos años en el país vasco la palabra ha sido panfletaria, pero desde que  Paxti López es lendakari la palabra no admite duda porque es la primera vez que desde el poder legítimo de Euskadi, desde sus instituciones, y con el apoyo indiscutible del PP vasco, se habla sin tapujos, sin edulcorar los términos y sin complejos sobre qué se va a hacer con la banda de terroristas de ETA.

Vamos a por ellos, y por sus cómplices y por los chivatos. Este es el mensaje y ETA seguro que lo ha entendido. ETA ya no tiene en el gobierno vasco a gente que le entienda, que mire para otro lado o que dé consignas a la Ertzaintza para que no detenga comandos. Ha bastado la palabra clara, contundente y creíble del lendakari Paxti López para que haya esperanza de cambio.

Al final se va a demostrar que el cáncer no estaba en las pistolas sino en los mensajes de los políticos y en algunos curas y obispos vascos.