Reproches mutuos

  La salida de España de la crisis está siendo ya el "estribillo" de los discursos políticos, particularmente de los que exponen los dirigentes de los dos grandes partidos. José Luis Rodríguez Zapatero y Elena Salgado se niegan a aceptar que la economía española llegará tarde a esa salida de la crisis que ya empiezan a ver con más nitidez en algunos otros países europeos, como Alemania, Francia e incluso Portugal. Y en cambio, desde el PP se insiste en que con este jefe de Gobierno y su equipo, el país tendrá mucho más difícil que otros esa nueva etapa económica con menos dificultades y más desahogo.

   El PP sigue reprochando a Zapatero que haya endeudado al país hasta límites insoportables, mientras, a su vez, el PSOE sigue reprochando al PP y sus dirigentes su resistencia a dar un mínimo apoyo a las medidas que se proponen y ponen en marcha desde el gobierno. El presidente ha vuelto a emplazar a Rajoy a un pacto para reactivar la economía, invitándolo a sentarse a hablar en lugar de criticar y descalificar, y niega que su política social sea un despilfarro, como sostiene el PP.

   Pero no se excluye, sin embargo, que la salida de la crisis, sin embargo, se pueda empezar a producir sin que registre avance alguno en esa colaboración de los opositores. Ni en declaraciones públicas ni en la práctica de los gobiernos autonómicos con esa inclinación política. Zapatero, tras apelar a la solidaridad del país, para defender la subida de impuestos, apuesta por más políticas sociales con endeudamiento y más impuestos "porque el endeudamiento es bajo", según proclamó, mientras incita al PP a que sirva a su país y se sume a los pactos en educación y energía que le propone.

   Y mientras tanto, el PSOE gobernante sigue entregado a los sindicatos, hacia quienes se deshace en elogios. Zapatero se propone acordar con UGT y CC.OO. la subida de las pensiones mínimas, así como los sueldos de los funcionarios. En el acto de cada año en Rodiezmo, pueblo minero leonés en el que Zapatero ofrece el primer mitin de comienzo del año político, el jefe del Gobierno volvió a anunciar ese  propósito de pactar con los sindicatos la subida de las pensiones mínimas. El jefe del Gobierno lamentó que la patronal no tenga "la actitud ejemplar que tienen los sindicatos". Y, por su parte, el líder sindical ugetista, Cándido Méndez, reclamó una reforma empresarial, y no cambios en el mercado laboral como los empresarios pretenden...

   También pudo escucharse otra voz ya clásica de este mitin de Rodiezmo, la de Alfonso Guerra, que dijo que los populares no han asumido todavía la democracia porque tienen alergia a este sistema político, porque cuando se detiene a sus militantes, pretenden confundir corrupción política con un proceso inquisitorial contra ellos, replicando al mitin de Rajoy y el PP en Valencia, con Camps: "En la fiesta del PP de Valencia hubo mucha butifarra y algún chorizo", dijo el siempre malicioso Guerra.

   Por su parte, el PP inicia toda una campaña de publicidad contra la subida de impuestos. Al PP no le parece mal la subida de las pensiones, pero pregunta de dónde saldrá ese dinero... El portavoz popular González Pons niega legitimidad al presidente del Gobierno para elevar los tributos, con el eslogan "tú no tienes que pagar los errores de Zapatero". Y advierte que España no podrá colocar su deuda a final de año. González Pons dice que confía en que Zapatero no engañe a los pensionistas del modo que engañó a los parados, con los controvertidos 420 euros del nuevo subsidio de paro. Dijo también que lamenta que el futuro esté en manos de un presidente populista...