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Más revelaciones sobre el 'caso del bar Faisán'

Las cámaras de vigilancia se apagaron para que un policía se 'chivara' de una operación contra ETA

Las cámaras de vigilancia se apagaron para que un policía se 'chivara' de una operación contra ETA

> El responsable del 'apagón' es el policía que ha hecho el informe del caso del 'chivatazo' a Joseba Elosúa

martes 06 de octubre de 2009, 20:32h
Las cámaras de vigilancia policial del bar Faisán, en Irún, se apagaron misteriosamente durante 24 horas a primeros de mayo de 2006, justo cuando un policía alertó en plena calle al presunto intermediario de ETA, Joseba Elosua, para que no acudiera a una cita porque iba a ser detenido. Pero, además, quien firma el informe policial en el que se acusa a tres policías del 'chivatazo' era, precisamente, el responsable de ese operativo que dejó de funcionar. Los sindicatos policiales están que trinan: exigen a Garzón que siga investigando hasta que se sepa toda la verdad sobre el 'chivatazo' policial para evitar la detención del entramado de extorsión de ETA.
El fiscal de la Audiencia Nacional Carlos Bautista ha pedido el archivo del sumario por el chivatazo, el 4 de mayo de 2006, al dueño del bar Faisán, de Irún, un día después de que el titular del Juzgado Central de Instrucción número 5, Baltasar Garzón, levantase el secreto de sumario. Se trata de unas actuaciones que han 'dormido' en el cajón de Garzón durante casi tres años y medio y que ahora parecen abocadas al cierre, según detallamos en nuestro Diariocrítico de Investigación.

    Con tal decisión, el Sindicato Unificado de Policía y la UFP han estallado en indignación y exigen al juez que siga investigando hasta encontrar a los auténticos responsables de algo tan grave como es un chivatazo desde propia policía al entramado etarra para evitar la detención del aparato de extorsión de ETA.

     Diariocrítico ha podido conocer algunos datos que no han sido revelados hasta este momento. El más espectacular de los mismos es que las cámaras de vigilancia policiales que grababan permanentemente el bar Faisán por orden judicial dejaron de funcionar 'oportuna' y 'misteriosamente' 24 horas antes del chivatazo policial a Joseba Elosúa, presunto intermediario de ETA.

    Ésa es la razón por el que la siguiente escena no haya sido aún clarificada: a primeros de mayo de 2006 un policía se aproximó a Elosua y le entregó un teléfono móvil. Al otro lado de la línea, otro policía le dijo que no acudiera a una cita prefijada para un pago del impuesto revolucionario a ETA porque iba a ser detenido. Si las cámaras ocultas de vigilancia hubieran estado funcionando habría quedado registrada la figura del policía que entregó el teléfono. Al estar apagadas, no hay constancia gráfica de esa escena. Primer misterio.

    Segundo misterio. El responsable del operativo del bar Faisán era el inspector jefe C. G. , en ese momento jefe del equipo conjunto hispano-francés, quien ahora se encuentra destinado en Asuntos Internos y quien está en posesión de 3 (tres) medallas rojas (pensionadas) al mérito policial.

Tercer misterio. C. G., como responsable del operativo, debía informar directamente al juez de la Audiencia Nacional Fernando Grande-Marlaska -de quien dependía el operativo- de todo lo referido al caso del bar Faisán. También, claro, de la transcripción de la conversación que Elosua mantuvo dentro de su coche -pinchado con una 'chicharra' policial- con su cuñado, a quien informó de que dos policías le avisaron de que no fuera a una cita de pago de impuestos para no ser detenido.

    Cuarto misterio. Este responsable policial informó del contenido de esa grabación 24 horas después de producirse la misma -gran retraso para una cuestión de tamaña importancia- y no lo hizo al juez, sino al comisario general de Información, Telesforo Rubio. Éste sí informó inmediatamente al juez Marlaska, pero, claro, cuando él mismo tuvo conocimiento del asunto, es decir, con 24 horas de retraso.

    Quinto misterio. Es precisamente Carlos Germán, según fuentes policiales, quien firma el informe-hipótesis que culpa del chivatazo a tres personas: al director general en el momento, Víctor García Hidalgo; al jefe superior de Policía del País Vasco, E. P., y a un inspector de la Brigada de Información de Álava, J.  M. B., actualmente destinado en San Sebastián. García Hidalgo sería, según la hipótesis del informe, quien dio la orden del chivatazo; J. M. B., quien entregaría el teléfono -todo supuestamente, claro- a Elosúa, y E. P. quien hablaría con Elosúa.

Esa hipótesis es la que ha rechazado el fiscal Carlos Bautista -presuntamente, después de hablar con el fiscal general del Estado, Cándido Conde-Pumpido-, dado que tanto Pamiés como Ballesteros cuentan con 'coartadas muy sólidas'. Por esta razón, y dado que Garzón, al parecer, no ha hecho nada sobre este caso en casi tres años, es por la que Bautista ha pedido el archivo de las actuaciones.

    Los sindicatos no pueden ocultar su malestar por este asunto y exigen que se investigue a fondo y no se cierre el sumario.

 

         VEAN DE FORMA ÍNTEGRA LO QUE DICE EL SUP AL RESPECTO 

         VEAN LO QUE SEÑALA, IGUALMENTE, LA UFP
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