La consejera de Economía, Carmen Martínez Aguayo, insistió ayer en la austeridad de los presupuestos para el próximo año, pero lo cierto es que el gasto corriente se reduce en un 0,1%, lo que equivale a un ahorro de 134,4 millones de euros. La consejera argumentó que esa cifra supone el «suelo» de reducción de gasto de la administración autonómica, ya que «los edificios de la Junta y las infraestructuras deben mantenerse para que no se deterioren». Además, añadió, «nunca hemos tenido un exceso de gasto corriente, que es menor que el de otras administraciones».
Entre las medidas de austeridad que recogen las cuentas del próximo año están la limitación de nuevas plazas de funcionarios a 2.534 —la práctica totalidad de ellas destinadas a Educación—, la congelación por segundo año consecutivo de las retribuciones de los altos cargos y el descenso en los gastos de capital no prioritarios de la administración.
Entre estos últimos, destacan la reducción del 59% de las partidas para información, divulgación y publicidad; del 55% para la atención protocolaria y representativa; del 58% para la información institucional; del 40% para publicaciones; del 31% para el material de oficina; y del 27% para comunicaciones telefónicas y el 23% para gastos de locomoción y dietas.
CAÍDA DE LA RECAUDACIÓN
La consiguiente caída de la recaudación tributaria (del 21%) ha obligado al Gobierno andaluz a recurrir en los próximos años al sector privado para poder mantener su esfuerzo inversor en infraestructuras y en sectores estratégicos de la economía. Esta es una de las conclusiones principales que se pueden extraer del Proyecto de Ley de Presupuesto de Andalucía para 2010, que se presentó ayer tras el Consejo de Gobierno. Como reconoció la consejera de Economía, Carmen Martínez Aguayo, la elaboración de las cuentas ha sido un asunto «complejo y difícil», ya que por primera vez se ha confeccionado un presupuesto donde los ingresos disminuyeron, en 2.500 millones, respecto al ejercicio anterior. Esta circunstancia ha obligado a la Junta a reducir en un 6,8% la inversión directa para el próximo año, aunque se mantiene el mismo porcentaje de gasto del 4,8% respecto al PIB de 2009. Eso sí, el Gobierno andaluz deberá recurrir a un mayor endeudamiento, esto es, un 2,75% de déficit, en el límite máximo permitido por el Gobierno a las comunidades, y que supone una deuda de 4.035 millones, un 149,7% respecto a 2009
APOYO DEL CAPITAL PRIVADO
En este marco económico, a la Junta no le ha quedado otra que recurrir al capital privado para poder seguir invirtiendo y endeudarse más. O, en palabras de Martínez Aguayo, para «mantener su esfuerzo inversor» y «movilizar recursos más allá del presupuesto», lo que se puede hacer, añadió, por la «contención del gasto» realizada en tiempos de bonanza y tener unas cuentas saneadas. Esta apertura al sector privado se concretará mediante colaboraciones con empresas para impulsar el empleo y las infraestructuras.
Para este último apartado el Gobierno prevé una inversión de 6.260 millones de euros de 2010 a 2020, de los que 257,5 millones se movilizarán en 2010. Estos recursos se dirigirán a la construcción de tranvías de Jaén, el Aljarafe y Alcalá de Guadaíra; el metro de Granada; los puertos deportivos de Marbella y Fuengirola; el área logística de Algeciras; y la Ciudad de la Justicia de Córdoba, entre otros proyectos. La consejera explicó que las fórmulas de colaboración entre la administración y las empresas se concretarán en cada proyecto y, entre ellas, citó la concesión, el modelo alemán y el peaje en sombra.
Además, el Gobierno andaluz movilizará activos financieros para canalizar fondos para impulsar al sector empresarial a través de préstamos o avales, algo que trata, según Martínez Aguayo, de «superar el enfoque de subvenciones a fondo perdido» y que tiene en cuenta el fin de los fondos europeos en 2013. Para ello, se incorporan 751,3 millones a la creación de «empleo no deslocalizable», en sectores como la economía sostenible o renovables. Este dinero podrá emplearse para nuevas inversiones, pero también para financiar el circulante de empresas viables con dificultades
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