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Difícil periplo para la 'Constitución' europea

El Tratado de Lisboa por fin entra en vigor tras recorrer un campo de 'minas'

El Tratado de Lisboa por fin entra en vigor tras recorrer un campo de 'minas'

martes 01 de diciembre de 2009, 09:05h
El Tratado de Lisboa entra por fin este martes en vigor tras el largo periplo recorrido desde que el texto que regula el funcionamiento de la nueva Europa de 27 miembros fuera aprobado el 13 de diciembre de 2007 en la capital portuguesa por los jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea.

   La ciudad que le da nombre será el escenario de la ceremonia que festeja el evento en presencia de los principales líderes de las instituciones comunitarias, entre ellos el presidente Zapatero, que acude a Lisboa en calidad de próximo presidente de turno del Consejo, a quien corresponderá la tarea de desarrollar el Tratado.

   El también denominado Tratado de Reforma fue redactado después del fracaso de la malograda Constitución Europea, que comenzó a fraguarse en 2002 bajo presidencia española de la UE y fue rechazada en referéndum por franceses y holandeses en la primavera de 2005 abriendo una seria crisis institucional.

   El que sucederá al Tratado de Niza comenzó su proceso de ratificación el 17 de diciembre de 2007 en Hungría, primer Estado miembro en firmarlo, fue sometido dos veces a referéndum en Irlanda, tropezó con las reservas de Polonia y con los obstáculos de Praga, que se superaron finalmente el pasado 3 de noviembre.

   El presidente del Ejecutivo comunitario, José Manuel Durao Barroso, espera que ahora que la UE tiene las instituciones adecuadas para funcionar y un periodo de estabilidad por delante dedique su energía a los asuntos que "realmente preocupan" a los ciudadanos.

   El nuevo texto modifica los anteriores Tratados de la UE y la CE ahora en vigor, pero no los sustituye, y entre las novedades que incorpora figura la creación del presidente estable del Consejo Europeo, puesto que ocupará el democristiano belga Herman Van Rompuy, y un Alto Representante de la UE para la Política Exterior y la Seguridad Común que será también vicepresidente de la Comisión Europea, cargo que tendrá la laborista británica Catherine Ashton. Van Rompuy tendrá un mandato de 2 años y medio y Ashton de 5.

   Además, la nueva Alta Representante se verá apoyada por un nuevo Servicio Exterior, aun en fase germinal, dotado con 50.000 millones de euros hasta 2013, unos 5.000 funcionarios y que, a medio plazo, quiere rivalizar en importancia con el propio servicio diplomático norteamericano.


INICIATIVA CIUDADANA

   El Tratado de Lisboa también da mayor protagonismo al Parlamento Europeo y los Parlamentos nacionales. De hecho, la Eurocámara estrenará nuevas competencias sobre legislación, presupuesto y acuerdos internacionales y estará en pie de igualdad con el Consejo en la mayor parte de la legislación comunitaria.

   En el caso de los Parlamentos nacionales, a partir de ahora podrán participar más en las actividades de la UE gracias al mecanismo de la subsidiariedad para controlar que la Unión actúe exclusivamente cuando su intervención resulte más eficaz.

   Además, incorpora la 'iniciativa ciudadana', que permitirá a un grupo de al menos un millón de ciudadanos de un número significativo de Estados miembros pedir a la Comisión Europea hacer propuestas legislativas. Entre otras cosas, el Tratado de Lisboa prevé explícitamente por primera vez la posibilidad de que un Estado miembro se retire de la Unión.

   También establece un método de trabajo más eficaz con sistemas de votación simplificados y el uso de la mayoría cualificada en el Consejo se ampliará a otras políticas para agilizar las decisiones. A partir de 2014 la mayoría cualificada se regirá por el principio de doble mayoría --un 55% de Estados miembros que representen al 65% de la población--, para reflejar la doble legitimidad de la Unión.


DERECHOS FUNDAMENTALES

   Aunque no se aplicará en tres países --Reino Unido, Polonia y República checa--, el Tratado de Lisboa incluye una Carta de Derechos Fundamentales que consolida los derechos civiles, políticos, económicos y sociales de los europeos.

   La Unión y los Estados miembros actuarán "con espíritu de solidaridad" si un Estado miembro es objeto de un ataque terrorista, víctima de una catástrofe natural o tiene problemas en el sector de la energía. El Tratado da a la UE más capacidad de actuación en justicia, libertad y seguridad, algo que redundará en beneficio de la lucha contra la delincuencia y el terrorismo.

   Lisboa, en fin, quiere hacer de Europa un actor en la escena global, expresarse con más claridad ante sus socios internacionales y fomentar sus intereses y valores en todo el mundo. El hasta hoy Alto Representante para la Política Exterior, Javier Solana, dijo en su última comparecencia ante la prensa que la UE tiene la "obligación de estar preparada para jugar un papel importante en el concierto internacional".

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