Rafa Nadal comenzó con éxito su periplo en la tierra batida y demostró ser el gran dominador en este tipo de superficie al adjudicarse por tercer año consecutivo el Masters Series de Montecarlo, frustrando nuevamente al suizo Roger Federer, que en la arcilla sigue sin poder imponerse al español.
El balear venció sin contemplaciones. Un doble 6-4 reflejó la diferencia actual entre ambos tenistas en la tierra batida y volvió a dejar claro que, de momento, el número dos del mundo parte con ventaja cuando se juegue sobre ella ante el número uno.
Además, el manacorí tampoco tuvo que echar mano de su mejor tenis. Fueron más los errores de Federer los que le allanaron el triunfo, aunque a favor de Nadal está que supo recuperar las situaciones peligrosas en las que le metió su rival.
Y es que hubo partido hasta el 4-4 del primer parcial. El suizo aguantó el juego del español y supo controlarle, lo que hacía albergar esperanzas a los espectadores de ver una final similar a la del año pasado, ésta a cinco mangas.
Sin embargo, en ese 4-4 se produjo un detalle clave para el devenir del choque. Federer volvió a gozar de oportunidades de 'break' como en el segundo juego, pero las desperdició. Peor aún, el helvético, habitualmente frío y calculador, se descentró.
Esto no lo desaprovechó Nadal. Así, el primer resquicio que le dejó el número uno con su saque significó una rotura decisiva al siguiente juego. El de Basilea pagó sus 19 errores no forzados de la primera manga, muchos de ellos en los dos últimos juegos del primer set, que cayó del lado del manacorí por 6-4.
Federer perdió confianza entonces y no supo reaccionar en el segundo parcial. Nadal le rompió nuevamente el servicio en el tercer juego y ya puso la directa hacia la victoria final. El español no dio ni una sola opción de 'break' a su rival y un nuevo error del suizo le permitió festejar su segunda gran victoria del año, tras la de Indian Wells.
La victoria del número dos del mundo le significó varias cosas positivas. La primera, igualar a Ilie Nastase al ganar en Montecarlo tres años consecutivos (de 1971-1973 el rumano), la segunda, sumar 67 victorias ya en tierra batida, y la tercera, resolver con éxito la primera defensa de su gran cantidad de puntos lograda en la arcilla roja.
Para Federer las conclusiones no son tan halagüeñas, salvo el hecho de llegar a la final y de haber ido, hasta hoy, de menos a más y haber dejado fuera a dos 'terrícolas' como David Ferrer y Juan Carlos Ferrero.
Además, el suizo, desde su victoria en Australia, parece que no atraviesa su mejor momento y sólo ha podido ganar en Dubai. Tras la final de Montecarlo, su tenis en tierra batida, de momento, para bastante lejano al de Rafa Nadal de cara a Roma y Roland Garros.
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