Garzón, al borde de los nervios

Ha causado estupor en el Tribunal Supremo el escrito que el abogado defensor del juez Baltasar Garzón, Gonzalo Martínez-Fresneda, ha dirigido al juez que instruye el caso por presunta prevaricación contra el juez-estrella, Luciano Varela. No es ya por la dureza del escrito, sino por algunas ‘reflexiones’ que, aunque firmadas por Martínez-Fresneda, tienen la impronta del propio Garzón.

Como se sabe, Luciano Varela instruye una denuncia del sindicato ultra Manos Limpias contra el juez de la Audiencia Nacional, al entender que hubo prevaricación en la apertura del sumario general contra el franquismo a sabiendas de que Franco y los principales jerifaltes del anterior régimen estaban ya más muertos y, por lo tanto, no había causa.

Fuentes jurídicas señalan que Varela parece inclinado a imputar a Garzón, lo cual, de producirse, conllevaría la inmediata separación del juez-estrella de su juzgado en la Audiencia Nacional en tanto se dicte sentencia.

Y eso es lo que quiere impedir el defensor de Garzón, el abogado Martínez-Fresneda, pero utilizando algunos argumentos que, según fuentes del Supremo, son precisamente las tácticas que Garzón ha utilizado a lo largo de la instrucción de diferentes sumarios durante su historia en la Audiencia Nacional. En definitiva, que Martínez-Fresneda acusa a Varela de alargar la instrucción hasta el infinito y, también, casi de connivencia con la acusación admitiendo pruebas que, a su vez, generan nuevas dudas sobre la ‘rectitud’ de la actuación de Garzón.

Algunos han recordado ahora cómo instruyó Garzón sumarios como el de los GAL o los fondos reservados o, sin ir más lejos, cómo ha instruido el sumario sobre el ‘caso Gürtel’. El escrito de Martínez-Fresneda, por tanto, parece que puede ser contraproducente para la causa que se sigue contra su defendido.