Ayuntamientos socialistas se niegan a cederle al PP pabellones para los mítines de Rajoy

El nerviosismo cunde en las filas socialistas después de hacerse público el sondeo del IESA que da la victoria al PP en Andalucía. La intención del PP andaluz de llevar a cabo una intensa campaña de mítines en el mes de febrero y hasta el Día de Andalucía en diversos puntos de la comunidad con la intervención de Mariano Rajoy y la plana mayor del partido reivindicando el pago en metálico de la Deuda Histórica, puede verse frustrada ante la oposición de algunos alcaldes socialistas a ceder los espacios públicos en los que se celebrarían estas concentraciones.

A esa conclusión ha llegado la dirección del PP-A al tener conocimiento de que el alcalde socialista de Castilleja de la Cuesta, Manuel Benítez, les ha denegado el uso del pabellón municipal de dicha localidad del Aljarafe sevillano en la que los populares pretendían organizar el último fin de semana de enero un mitin con la presencia de Mariano Rajoy.

Así lo ha dado a entender el secretario general del partido, Antonio Sanz, quien explicó que el alcalde socialista les ha negado la autorización para celebrar el mitin en el pabellón de deportes esgrimiendo "dudosos informes técnicos" según los cuales el acto podría provocar desperfectos en el parquet del pabellón, unas "torpes excusas" que no han convencido al PP que recuerda que ese mismo pabellón de deportes fue utilizado recientemente en una multitudinaria fiesta de Halloween, a la que acudieron más de mil personas, organizada por el propio Ayuntamiento de Castilleja de la Cuesta, donde se pisó el parqué, y con anterioridad albergó también actividades relacionadas con la Feria de la Tapa de la localidad.

Esta negativa contrasta también con las facilidades que les daba al PP otros ayuntamientos socialistas antes de que se conocieran los datos del sondeo del IESA. De hecho, el multitudinario mitin de Dos Hermanas, celebrado en noviembre en el velódromo de dicha localidad gobernada por el socialista Francisco Toscano, supuso un cambio de ritmo en la trayectoria del PP andaluz que reunió en torno a Rajoy y Arenas a  cerca de diez mil simpatizantes.