¿Democracia del dinero?

¿Democracia de las personas o del dinero?. Este es el debate que abre el enfrentamiento entre el presidente Obama y el Tribunal Supremo de Estados Unidos, al sentenciar éste que las grandes corporaciones y empresas podrán destinar todo el dinero que quieran, sin las limitaciones que existían, a las campañas electorales a favor de uno u otro candidato. Esta decisión, dice Obama  “golpea a la democracia en sí misma”.

Los candidatos con más dinero o respaldados por los magnates, es decir, con más recursos  para llegar a la opinión pública, con más publicidad, medios de comunicación, mejor organización, etc. tendrán ventaja sobre los otros. Esto ya ha venido ocurriendo, pero había unos límites. Y Barack Obama en su campaña logró contrarrestar esa práctica con un masivo apoyo popular y aportaciones de las personas para que fuera decisivo. La sentencia del Supremo representa un paso atrás.

En el fallo, la mayoría conservadora del tribunal indicó que los límites existentes desde hacía mucho tiempo, violaban el derecho constitucional de las corporaciones a la libertad de expresión, confundiendo seguramente libertad de expresión de las personas con la de las grandes compañías y grupos de presión, que ahora podrán gastar libremente en campañas presidenciales y legislativas. Un nuevo revés para el carismático  Obama que verá dificultados algunos de sus proyectos más señeros.

Según el propio presidente, esto "hará más difícil aprobar leyes de sentido común como para promover la independencia energética porque incluso se permitirá que entidades extranjeras interfieran en nuestras elecciones". También obstaculizará los esfuerzos por aprobar reformas de regulación financiera y dará al sector sanitario "incluso más influencia con la que eludir reformas que protegerían a los pacientes", dijo, haciendo referencia a la oposición para aprobar una reforma del sistema de 2,5 billones de dólares.

¿Se va, pues, en el país democrático más importante del mundo, hacia una descarada democracia del dinero? ¿En lugar de “una persona un voto”, se consagrará el principio de “un dólar un voto” ?