De perfil

   De tanto ponerse de perfil para no comprometerse, Mariano Rajoy se está volviendo transparante. Seguramente sus asesores le han convencido de que lo mejor que puede hacer es dejar al Gobierno cocerse en la propia salsa de sus errores.

   Y es que en el PP intentan contener la euforia, pero están convencidos de que las próximas elecciones son suyas, que las van a ganar a poco que no se equivoquen. De ahí que Rajoy haya optado por un perfil bajo dejando a sus peones que sean quienes den la cara en el día a día de la política.

   No sé, pero me parece que los populares están relamiéndose por adelantado de un triunfo electoral que está por llegar, y que teniendo en cuenta que en dos años pueden pasar muchas cosas, a lo mejor no llega.

   Es verdad que las encuestas auguran un hartazgo profundo de los ciudadanos respecto al presidente Zapatero. En realidad ya no se le cree, pero eso no significa que para el PP vaya a ser un paseo triunfal los dos años que faltan para las elecciones generales. Yo de ellos no me fiaría. No creo que Zapatero, y no digamos el ministro Rubalcaba, se lo vaya a poner fácil. Es más, se lo pondrán rematadamente difícil. A nadie le gusta perder, y cuando se trata del PODER, así escrito con letras mayúsculas, aún menos.

   ¡Ojo!, no digo que el PP no pueda ganar, simplemente apunto que el PSOE, o mejor dicho Zapatero, no se va a rendir así como así, que peleará hasta el final y que es una estupidez darle por vencido antes de tiempo.

   El PP, además, tiene un problema, y es que como bien saben los expertos, las elecciones se ganan en el centro, y los populares no terminan de encontrarlo. Un día sus líderes hacen declaraciones templadas y al día siguiente se escoran vertiginosamente a la derecha y se quedan tan tranquilos. Parece que les cuesta tener un discurso centrado y optan por el populismo más exacerbado en asuntos que pueden ser peligrosos. Me refiero a la polémica por la actitud que venían manteniendo algunos ayuntamientos, Vic en Cataluña y de Torrejón en Madrid de no inscribir en el censo a los inmigrantes. Los líderes del PP en vez de hacer una labor pedagógica a favor de los inmigrantes se han colocado junto a quienes empiezan a percibir la inmigración como un problema.

   Otro debate que están impulsando es el de la cadena perpetua. Javier Arenas se ha convertido en el adalid de la propuesta. Por no hablar de la polémica sobre los cementerios de residuos nucleares, en que Cospedal se muestra contraria a su instalación en Yebra, Arenas la contradice y Rajoy no sabe/no contesta.

   Ya digo que los populares no terminan de encontrar el centro en éste y en otros asuntos y que confían demasiado en los errores de Zapatero. Puede que ganen las elecciones por esos errores cometidos por el presidente de Gobierno, pero será una triste manera de ganar, porque no lo harán por haber generado ilusión y deseo de cambio, sino por el hartazgo hacia otros. No sé, ya digo que les veo demasiado confiados, como si ya tuvieran la piel del oso.

   Mientras, Rajoy se mueve en la equidistancia para no equivocarse. Como siga mucho así terminará volviéndose transparente, y si no al tiempo. Claro que lo que los ciudadanos esperan de un líder, de un político que aspira a presidir España, es que sea valiente y exprese sus opiniones, las que sean, y no como hace Rajoy que prefiere mantenerse en tierra de nadie para no molestar a sus posibles votantes.