“En momentos difíciles hay que dar respaldo al Gobierno y a la dirección del partido”. Con esta filosofía que resumía un veterano dirigente socialista, salieron la mayoría de los parlamentarios que asistieron a la reunión del Senado en la que acababa de comparecer
Zapatero. “Ha estado magnífico”, coreaban al unísono los diputados con los que este diario conversó tras el encuentro. Y el presidente del Gobierno no pudo por menos que mostrarse satisfecho del comportamiento de su grupo parlamentario al que agradeció el apoyo que le está brindando.
Porque lo cierto es que durante las escasas dos horas escasas que duró la reunión, el líder del PSOE no escuchó ni un reproche contra la descoordinación del Gobierno ni contra la ‘confusión’ que él mismo reconoce que ha generado su gabinete a la hora de lanzar algunas de las medidas que ha tomado, fundamentalmente en la reforma de pensiones. Claro que también hay que decir que algunos parlamentarios se quedaron con las ganas de hablar ya que el presidente tenía mucha prisa y se marchó enseguida después de escuchar tan solo tres intervenciones de las nueve que había pedido: la de la diputada del PSC
Isabel López i Chamosa; la del senador canario
Arcadio Díaz Tejada y la del diputado y
Txiqui Benegas.
Benegas pide ‘disciplina’ al partido
Y de esas tres todos los consultados coincidieron en que “la más interesante” había sido la de Benegas. Con la experiencia acumulada del pasado, el ex secretario de Organización del PSOE en la etapa de
Felipe González, que sabe lo que es sufrir los sinsabores de una crisis económica y de dos huelgas generales, pidió a sus compañeros “apoyo” para la dirección del partido y al propio Zapatero, pese a que todo el mundo sabe que en privado ha puesto en cuestión en varias ocasiones la actuación del Gobierno.
Pero una cosa es lo que se piensa y otra es airearlo para dar munición al enemigo. De modo que Benegas hizo un canto a la unidad y al cierre de filas con la Ejecutiva y con el líder para “aguantar, como aguantamos en el pasado”, aseguran que dijo dentro. El veterano dirigente del PSOE pidió además a sus compañeros que los “cometarios y observaciones” que tengan que hacer contra o sobre las medidas o errores del Gobierno los hagan en los órganos internos del partido y no faciliten “titulares a los periódicos” que puedan perjudicarles.
El senador canario, por su parte, se limitó a pedir no sólo a Zapatero, sino a todos sus compañeros, un mayor esfuerzo para explicar a los ciudadanos las medidas que ha tomado el Gobierno así como “el máximo esfuerzo de divulgación de nuestro proyecto”.
Díaz Tejada hizo también una reflexión sobre la necesidad de aplicar en España la polémica tasa Tobín como algunos países, entre ellos estados Unidos, están ya barajando hacer sobre los beneficios de las entidades financieras para frenar algunas ‘inversiones especulativas’. Aquí el presidente fue cauto y replicó que era un asunto que entrañaba bastantes “dificultades técnicas” y que en el caso de que se decidiera hacerlo tendría que ser el marco de un “contexto global”, no individualmente.
Pero la primera en intervenir fue la diputada del PSC, Isabel López i Chamosa, que centró su interés en la reforma de las pensiones, para recordar que hace cinco o seis años los españoles gozábamos de una protección social que ha ido mejorando con el tiempo bajo el mandato de Zapatero. La diputada catalana alertó del importante reto que tienen ahora por delante con la anunciada reforma del sistema de pensiones y dado que ella pertenece a la Comisión del Pacto de Toledo, donde que debate el tema, manifestó su deseo de que allí se alcance un consenso entre todas las fuerzas políticas y sociales.
No es de extrañar que ante tanta calma, Zapatero expresara agradecimiento a sus parlamentarios mientras insistía en que sus prioridades van a ser conseguir “el acuerdo social” para sus reformas, mantener abierto el “diálogo con todos los grupos parlamentarios” y defender ‘con uñas y dientes’ el proyecto socialdemócrata de su partido para lo que pidió también la colaboración de todos.
Los que se quedaron sin hablar ni rechistaron. Entre ellos el representante de la corriente crítica Izquierda Socialista,
Juan Antonio Barrio de Penagos, que junto a su compañero Pérez Tapias fue el único que no apoyó la resolución de la Ejecutiva sobre la ampliación de la edad de jubilación de 65 a 67 años.
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