El seguro del fútbol

    A partir del próximo viernes, en que se inicia la jornada 22 de la Liga de fútbol, cuantos acudan a un estadio de Primera o Segunda División dispondrán de un seguro gratuito en caso de fallecimiento o de invalidez….Y, además, no sólo durante los 90 minutos del encuentro, sino una hora antes y otra hora después del mismo, y desde el lugar del desplazamiento en caso de las peñas de aficionados…

    Y es que el deporte-rey hace milagros, es fuente de sensaciones que arremeten contra la estabilidad emocional, y es manantial de todo tipo de hermosas contradicciones…Para muchos es una religión, para otros es una superstición, y hoy los estadios son las catedrales del siglo XXI…

   Hay albañiles en los andamios por los que sus empresarios no cotizan a la Seguridad Social, o hay automovilistas  en las carreteras cuyos vehículos no están asegurados….La España profunda, la de la picaresca, les da las más siniestras oportunidades a quienes optan por saltarse la ley. Pero el fútbol es distinto: “dadme un balón y moveré el mundo”, se dicen jóvenes africanos que saben más del Barça o del Real Madrid que de Cataluña y de España…

   A partir de ahora, el fútbol de la División de Honor, lo que antes era la Primera División, ha pasado de las tardes tradicionales de los domingos a los sábados, a los viernes, y ha llegado hasta los lunes. Las audiencias televisivas tienen sus códigos comerciales, y ya se cuenta con que un Barça-Madrid mueve montañas…Es algo que ya se sabía en el franquismo, cuando el fútbol paralizaba al país airado y aburrido cada primero de mayo, cuando toreaban “El Cordobés” y compañía después de las inocentes exhibiciones sindicales en que a los obreros se les llamaba productores, y a San José se le calificaba de artesano como si se hubiese pasado la vida haciendo flautas o panderos…

   Pero, en fin, volvamos al seguro de fútbol. Ya que no se pueden asegurar los resultados ni los goles, al españolito que va con su entrada al estadio se le compensa en caso de fallecimiento…, ya sea por emoción, por ira, por cabreo con el árbitro o por cualquier causa que le sobrevenga en el estadio o en sus cercanías. En la España bipartidista y confusa, no se les paga a los del PP porque ganen los socialistas… o viceversa, pero los cabreos de los merengues y de los culés están asegurados…"Manda carallo", que diría mi amigo Manolo el Chocolate...