Cristina Vázquez es una artista. Licenciada en Bellas Artes, pero sobre todo inquieta, maneja Internet con la pericia de quien bucea en lo insondable hasta hacerlo familiar. Hace cuatro años empezó a hacer tocados por “solidaridad estética”, ante las aberraciones que veía por el centro de Sevilla. Señoras que salían del parking con la cabeza vestida por sus más acérrimos enemigos. Entonces decidió poner su sentido de la armonía al servicio de los demás y creó “El Gabinete de las Maravillas”. Un nombre que ella suele aclarar con temor de que alguien la tilde de egocéntrica. “Los gabinetes de las maravillas o de las curiosidades fueron los precursores de los nuevos museos, sitios donde se almacenaban y exponían piezas raras. Hay un libro muy interesante de Alfonso Mateo Sagasta sobre este asunto que recomiendo”.
Showroom en Ego
Una vez que decidió “amueblar” en condiciones estéticas las cabezas de sus congéneres, Cristina Vázquez echó mano de Internet para promocionarse en plan Juan Palomo. Ella se guisó su marketing y ella se lo comió. Desde entonces es diseñadora, una diseñadora que estará presente del 18 al 23 de este mes en el Showroom de Ego en Cibeles Madrid Fashion Week. Allí no sólo “venderá” sus tocados, sino también la ropa que ha empezado a hacer y de la que hablan maravillas. ¿Qué si no son sus faldas con fragmentos de coplas, pero de las coplas menos conocidas que pueblan el cancionero popular español?
“Son faldas de algodón blanco, cuyos textos están impresos digitalmente en algodón y son fragmentos de coplas no tan oídas, pero con letras que hablan de amores, pasiones y desengaños. Las faldas llevan una cinturilla y un vivo en el bajo de color negro y se acompañan con un motivo de un animal en fieltro negro. También estoy enredada con una línea de ropa para niñas. Mi cabeza no para de bullir ideas nuevas y mi mejor herramienta es Internet. Allí hago mi sondeo de mercado, porque hoy en día desde tu casa puedes mover el mundo”.
Sus diseños se venden, aparte de en su web www.elgabinetedelasmaravillas.com, en la tienda Doce, de la procuradora Gloria Navarro, en Virgen de Regla, 14, y en La Importadora, en Pérez Galdós, 10, en Sevilla. También en Piamonte, en Madrid y en Barcelona, y en Madrid en Vallmai, Biscuit y Miss Abalorios.
Esta diseñadora nacida en Cáceres y residente en Encinasola (Huelva) hasta que llegó a Sevilla como estudiante, asegura que el éxito consiste en hacer algo mejor que alguien. “A mí se me ocurren muchas cosas y si sé que puedo producirlas, las hago”.
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