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El papel del Rey

lunes 15 de febrero de 2010, 08:58h
    En función de lo que expresa el artículo 56 de la Constitución Española, referido al papel del Rey como árbitro y moderador del funcionamiento de las instituciones, Don Juan Carlos ha intensificado en las últimas fechas su actividad procurando una acción conjunta de políticos, sindicatos y empresarios frente a la crisis económica.

    El Rey no ha hecho otra cosa que cumplir con su deber, aunque no le guste al nacionalista Anasagasti, más pasado de moda que el charlestón, o le parezca muy bien al republicano Carod-Rovira, que alguna vez acierta y otras muchas se equivoca.

    Los socialistas han aplaudido el gesto del Monarca, aunque han matizado que el Gobierno es responsabilidad suya y que las decisiones en materia económica las toma el Consejo de Ministros. Es una matización innecesaria, porque la neutralidad política de Don Juan Carlos es evidente, y lo que hace es echar una mano en unos tiempos en que todas las manos son necesarias. Y desde el Partido Popular se ha dicho que no esperan ninguna convocatoria del Rey para promover un consenso, u otros “pactos de La Moncloa”, y que la única solución pasa porque el Gobierno rectifique, equilibre las cuentas públicas y no incremente la presión fiscal. También se dice, desde el PP, que Mariano Rajoy tiene un plan muy claro para superar la crisis... y debería tener la cortesía -y el deber- de hacerlo público cuanto antes en el Congreso de los Diputados.

    Da la impresión de que, si el Rey no mueve ficha, se le tacha por  estar al margen de la realidad…; y que, si la mueve, algunos insinúan que se mete en aguas ajenas a su jurisdicción... Con esa hipersensibilidad es difícil que nos entendamos.

    Recordemos lo que ocurrió el 23-F:  Don Juan Carlos se tiró a la piscina, con todas las consecuencias, para parar la intentona golpista, mientras el Gobierno y el parlamento, incluido el señor Anasagasti, estaban secuestrados en la Carrera de San Jerónimo. ¿Qué hubiese ocurrido entonces si el Rey no llama por teléfono a las capitanías generales, no pone firmes a los golpistas y no viste el uniforme encima del pijama para dirigirse, a través de la televisión, al pueblo español?

     Qué poca memoria tienen algunos... y además se trata de una amnesia intencionada. Si el Rey llama a la vicepresidenta económica o a los líderes de UGT o de Comisiones Obreras…no hace otra cosa que cumplir con su obligación. Don  Juan Carlos ni tiene una vara mágica ni es un experto en economía. Pero es un español responsable e intenta apoyar una salida para el país con más alto índice de paro de Europa. Que esa actitud moleste o hiera alguna sensibilidad es... impresentable.



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