Iglesia y abusos

Los abusos de clérigos de distinta jerarquía a menores han sido calificados por el Papa Benedicto XVI como “crímenes infames”, e incluso exigió hace unos días al episcopado irlandés que estas acciones vergonzosas fuesen denunciadas ante la Justicia.

Sin embargo, el obispo de Lugo, Alfonso Carrasco Rouco, que es sobrino del cardenal Rouco Varela, ha disculpado estos atentados contra niños y niñas con el pretexto (vergonzoso pretexto…) de que “la naturaleza es débil, frágil y tiende al pecado”. Y añadió que estos escándalos de los curas abusadores   -y ahora son palabras textuales- “deslucen la imagen de la Iglesia”.

Por favor, monseñor, por favor…No enmiende usted la plana al propio Papa, y no diga, donde Ratzinger dice “crímenes infames”…, que “la carne es débil”. Y no eche leña al fuego argumentando que “la moral cristiana está siendo puesta en cuestión por todas partes”…Por favor, monseñor, un poco de cordura.

La inmensa mayoría de sacerdotes y religiosos no son abusadores sexuales. Pero quienes lo sean deben pagar por ello, y no “taparlo”, como se hizo en Estados Unidos, pagando grandes cantidades de dinero, procedentes de los fieles cristianos, a las víctimas para que se callasen. La Iglesia no sólo tiene el deber de promover unos valores morales, sino que tiene el deber de la ejemplaridad. Y resulta repugnante que unos sacerdotes o frailes, aprovechándose de su posición de dominio psicológico o pedagógico o pastoral…abusen de los menores. Es cierto que la carne es débil, y el pescado, y la conciencia, y la doble moral, y la hipocresía…Pero quienes son de verdad débiles son esos niños de los que han abusado algunos clérigos.

Sólo le faltaba decir, monseñor Carrasco Rouco, que puesto que tienen la obligación del celibato…por algún sumidero tienen que desfogar su sexualidad algunos curas de carne débil y de manga ancha.... Hemos echado un vistazo a su biografía: uno de los obispos más jóvenes de España, nacido en Villalba (Lugo) en 1956, y doctor por la Universidad de Friburgo, y hasta ex –decano de la Facultad de San Dámaso, en Madrid…Vamos, que es usted una persona culta, leída, y con bagaje intelectual. Pero, en esta ocasión, ha metido la pata. Rectifique, monseñor, señor obispo de Lugo, porque lo que ha dicho es muy grave…, y después no se quejen ustedes, desde los púlpitos, de que los católicos piensen que una cosa es la jerarquía eclesiástica y otra, muy distinta, el Evangelio…