'En tierra hostil' y los Oscar

Se entregaron los Oscar 2010, Kathryn Bigelow y su ‘En tierra hostil’ se han convertido en los grandes triunfadores con seis premios, incluidos película, director (en este caso directora) y guión. Además la cinta ha venido acompañada de excelentes críticas con lo que muchos podrían pensar que estamos ante una obra maestra del cine… No es el caso.

‘En tierra hostil’ es una película de guerra filmada con pulso y muy hábilmente por Bigelow, pero dista bastante de ser una obra maestra. Si la dirección es buena el problema habrá que buscarlo en el guión. Ese es el pie por donde cojea esta película que no se moja por ningún lado y que abusa terriblemente de las escenas de tensión, restándole continuidad a una historia que no nos deja ver la progresión de sus personajes. Sí, es cierto que Bigelow maneja hábilmente la cámara y que hay momentos, como la formidable escena inicial, donde se dejan ver destellos de gran cine. Pero todo eso no eleva a una película a la categoría de obra maestra. El cine bélico ha dado mejores ejemplos que ‘En tierra hostil’, por citar un sólo ejemplo: ‘Apocalypse  Now’. La cinta de Coppola era una aproximación a la guerra de Vietnam con una profundidad muy superior a la de esta película, en la que Irak sólo aparece como un fondo inexpresivo en el que contarnos las adrenalíticas misiones de los artificieros que la protagonizan. Claro que si la opción era ‘Avatar’, bienvenida sea el Oscar para la señora Bigelow.

Si me preguntan cuál era mi favorita he de decir que estaba con ‘Up’. La factoría Pixar es una de las mayores bendiciones para los cinéfilos y premiar la historia de ese abuelo cascarrabias habría sido un bonito gesto. Tampoco me hubiese disgustado el premio para Tarantino y sus bastardos, que aunque no sea una película redonda tiene momentos que nos hacen recordar lo mejor del creador de Pulp Fiction y Reservoir Dogs.

Uno de los grandes aciertos de la entrega de este año ha sido el premio al Mejor Actor para Jeff Bridges. Un hombre que comenzó su carrera a principios de los 70 con la maravillosa ‘La última película’ del olvidado Bogdanovich, hizo de galán en los 80 en la romántica ‘Los fabulosos Baker Boys’ y se convirtió en icono underground con el tipo más divertido de los 90, El Nota de ‘El gran Lebowsky’, se merece todos los premios que le quieran dar.

El otro gran acierto de la ceremonia me ha parecido la entrega del premio a la Mejor Película a “El secreto de sus ojos”. A pesar de que me gustó mucho la aproximación de Haneke a los orígenes del nazismo (o de cualquier horror o barbarie con “La cinta blanca”), creo que la película de Campanella es superior gracias a un reparto en estado de gracia que sabe transmitirte todas las emociones posibles.