Aunque en todos los diarios y restantes medios informativos se ha destacado la afirmación de la vicepresidenta De la Vega sobre si se pagó o no rescate por los secuestrados de Mauritania -"no se ha pagado rescate alguno", dijo-. Sin embargo, la desconfianza sobre este asunto parece muy amplia y extendida, empezando por el propio portavoz del PP,
Gustavo de Arístegui, quien ha dicho que "toma nota" de lo dicho por De la Vega, pero hará sus propias investigaciones sobre el particular.
De la Vega, al negar el pago del rescate, explicó que la liberación de
Alicia ha sido fruto del trabajo de la diplomacia y es posible que en ese epígrafe -diplomacia- puedan inscribirse pagos del Gobierno a gobiernos del área, en el amplio y generoso capítulo de la solidaridad y ayuda a países emergentes. Recuérdense las buenas relaciones
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del Gobierno español con gobiernos como el mauritano o de Mali. Burkina Faso también se ha visto implicado en la liberación de los rehenes españoles.
De entrada la satisfacción "a medias" de la liberada, Alicia Gámez: "Mi felicidad no será completa hasta que lleguen
Roque y
Alberto. Seré feliz cuando ellos también vuelvan a casa. Nos han atendido bien, dentro de las limitaciones propias del desierto. Nos trataron bien y con respeto. Albert y Roque están bien. Hemos sido tratados con respeto". Ahora, estamos a la espera de la suerte de los dos compañeros de Alicia en este trance que ya ha superado cien días, sin duda penosos y crueles, en algún lugar del desierto de Mali. Los cronistas no ocultan las dificultades que puedan haber surgido o surgirán para que las liberaciones que aún restan puedan hacerse esperar más de lo que sería deseable. En las páginas de La Razón, su experto en terrorismo etarra cuenta que "los negociadores avisan de que ahora viene lo más complicado", y señala que la liberación se interpreta como una prueba de la voluntad de negociar. Se cree que en los próximos días, los terroristas plantearán sus exigencias. Y cuenta, también, que el Gobierno tiene línea directa con los islamistas a través de Burkina Faso y que las próximas semanas serán cruciales.
Interesante, sin duda, es también la información de Público, según la cual, Al Qaeda decide desde Pakistán el destino de sus rehenes en el Magreb. Recuerda que Al Qaeda apenas ha hecho propaganda con los cooperantes. Y entre tanto, abundan los comentarios y análisis, con ese punto de desconfianza muy extendida sobre un probable pago del rescate, con el que algunos medios especulan abiertamente. Es, por ejemplo, el caso del diario El Mundo que asegura que se pagaron dos millones de dólares, dentro de un acuerdo que incluye el pago de otros cuatro millones por los otros dos raptados. En el resto de la prensa escrita se prefiere ceñirse a la versión oficial: el Gobierno asegura que no pagó rescate; el Gobierno niega que haya pagado rescate.
Y luego, los comentarios editoriales y de muchos analistas, especialmente críticos en ABC:
Alfonso Rojo asegura tajante que "los secuestradores van a cobrar. En dinero, en carne o en ambas cosas".
Edurne Uriarte señala que "el dinero del rescate de Alicia servirá para financiar nuevos crímenes terroristas"... La Razón elogia la actuación prudente y discreta del Gobierno, de la que dice que "así debe seguir hasta el final. Buen trabajo". El comentarista de Público,
Marco Schwartz, en cambio, arremete contra "la nota agria del partido de Rajoy" ante la noticia feliz de la liberación.
Es evidente que esta historia tendrá más partes. Ojalá todas tan felices como la que ha protagonizado Alicia Gámez.
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