Rechazo a la propuesta de prohibir el comercio del atún rojo del Atlántico

La propuesta de prohibir el comercio de ese atún, que se pesca fundamentalmente en el mar Mediterráneo, fue analizada en la conferencia trianual de la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES).

La idea de Mónaco era incluir el atún rojo del Atlántico (Thunnus thynnus) en el anexo I de especies protegidas de la CITES, para prohibir su comercio internacional.

Y lo hizo con advertencias de que en pocos años puede desaparecer ese pez porque en medio siglo su biomasa se ha reducido un 75 por ciento en las áreas más importantes donde habita, pero la mayoría de esa reducción se ha producido en la última década.

El atún rojo del Atlántico, de la familia de los escómbridos, habita en el Atlántico norte y aguas adyacentes, particularmente en el Mediterráneo, y también en el Atlántico oeste, aunque en este último caso en menor cantidad.

Japón es uno de los principales consumidores de ese pescado y el principal importador. Es muy apreciado en Japón para hacer sushi y sashimi, una costumbre que cada día se está extendiendo más por el mundo.

La delegación nipona es precisamente una de las que había expresado más oposición a que la CITES incluyera esa especie en el Anexo I de animales protegidos.

La propuesta de Mónaco, según dijeron telefónicamente desde Doha asistentes a la reunión, sólo recibió 20 votos a favor, 68 en contra y 30 naciones más se abstuvieron, en una votación secreta de la que no se dieron detalles.

Pero tampoco tuvo éxito una posición intermedia, llevada por España en nombre de la UE, que apoyaba la inclusión del atún rojo en el anexo I de la CITES, pero que aplazaba la aplicación de esa medida hasta mayo del 2011.

La propuesta europea recibió 43 votos a favor, 72 en contra y 14 abstenciones, según las fuentes.

Ese aplazamiento que buscaba la UE pretendía postergar la medida hasta que se reúna toda la información sobre las existencias mundiales del atún rojo cuando se complete la temporada de capturas de este año.

La evaluación será hecha por la Comisión Internacional para la Conservación del Atún del Atlántico (ICCAT, en sus siglas en inglés), el organismo que se encarga de controlar las capturas mundiales del atún rojo y que seguirá con ese papel a partir de la decisión de este jueves.

Están vigentes unos límites de captura de la ICCAT, con niveles progresivos para proteger la especie, que en 2009 eran de 22.000 toneladas, para este año de 19.950 toneladas y para 2001 serán de 18.500 toneladas.

La propuesta europea insistía en que, antes de que se aplicara la prohibición del comercio del atún rojo, se conociera la situación real a partir de los datos que reúna la ICCAT y los presente en la reunión anual de noviembre próximo.

Pero Mónaco, al defender su propuesta, se quejaba de que los límites de captura fijados por la ICCAT no se están respetando, porque, por ejemplo, Japón está reconociendo unas importaciones de atún rojo superiores a los cupos fijados.

La votación de se llevó a cabo en un comité de la CITES, como parte de la conferencia del organismo que comenzó el pasado día 13 y que se cerrará el 25 de marzo.

Pero aún existe la posibilidad de que la petición de Mónaco sea llevada al plenario de la conferencia, el 25 de marzo, si la presenta una de las partes y recibe el apoyo de otra.

El Principado de Mónaco sostenía en su propuesta que desde 1958 ha disminuido en cerca del 75 por ciento la cantidad de atún rojo en el Atlántico norte y en el Mediterráneo, mientras que en el Atlántico oeste ha habido una reducción del 82 por ciento desde 1970.

La zona del Mediterráneo es el área principal de pesca y reproducción.