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Es el principal rival de Daniel Ortega a la presidencia de Nicaragua

“El problema es el orteguismo y su afán de perpetuación”, asegura Eduardo Montealegre

“El problema es el orteguismo y su afán de perpetuación”, asegura Eduardo Montealegre

La Fundació Catalunya Oberta ha celebrado un almuerzo con el político liberal para conocer su visión sobre la realidad de su país

lunes 22 de marzo de 2010, 19:49h
“El problema no es el sandinismo sino el orteguismo”, ha afirmado Eduardo Montealegre, candidato de Alianza Liberal Nicaragüense a la presidencia del país centroamericano en las próximas elecciones a celebrar el año 2011, en las que será el máximo rival del actual presidente, el sandinista Daniel Ortega. “No debemos pensar en una confrontación entre derechas e izquierdas: la cuestión es dictadura o democracia”, ha añadido el candidato opositor al gobierno actual para definir el trazo principal del escenario político que hoy se vive en Nicaragua. Estas palabras las ha pronunciado en el transcurso de un almuerzo al que ha sido invitado por la Fundació Catalunya Oberta, que se ha celebrado hoy lunes en Barcelona.

Ha abierto el acto el presidente de la Fundación, Joaquim Tosas, que ha definido al invitado como “alguien muy importante en la política liberal americana y sobre todo nicaragüense”. Sus palabras han precedido a las de Carles Llorens, miembro del Partido de los Liberales Demócratas y Reformistas Europeos, que ha presentado a Eduardo Montealegre y ha enviado un mensaje a la concurrencia: “el nacionalismo catalán tiene que colaborar más con América Latina. Allí los catalanes son bienvenidos”. Todo ello, después de recordar que en Cataluña algunos han sabido ganar la batalla contra los dogmatismos izquierdistas “y hay que conseguir que otros también puedan superarlos”.

El político centroamericano ha iniciado su discurso difundiendo una definición muy en boga en su país, como es la ‘demonocracia’ –“no sé si viene de mono o de demonio”, añadiría posteriormente- en la que se enmarcarían los talantes populistas de Hugo Chávez, Evo Morales, Rafael Correa y, como no, Daniel Ortega. Sus estrategias comunes pasarían, según Montealegre, por llegar al poder con medios democráticos “más o menos limpios” para derivar en un sistema que corroe y que se desvía hacia la búsqueda del poder perpetuo utilizando métodos dictatoriales. En el caso concreto de su país, la variante utilizada por Ortega habría sido acogotar al Poder Judicial de modo que sólo emitiera sentencias favorables a sus intereses. “Consiguió la paradoja de que un artículo de la Constitución fuera anticonstitucional”, ha relatado, refiriéndose a la imposibilidad de reelección presidencial ‘in eternum’. “La interpretación que consiguió es que, dado que los diputados no tienen límite para presentarse, el presidente tampoco, pues se caería en agravio comparativo”.

Asimismo, Montealegre ha evocado las elecciones de 2006 que considera que ganaron los liberales “pero Ortega sólo hizo el recuento del 69 por ciento de votos, que era el que le favorecía, y así ganó”. En aquella ocasión, principalmente los liberales pero también otras fuerzas -en algunas de las cuales se integraban antiguos sandinistas- utilizaron la consigna TCO (“Todos contra Ortega”), que reflejaría ese cansancio que, más que hacia una opción política, se concentraría en una política personalista. “En 2011, esto puede volver a pasar”, ha indicado Montealegre.

Uno de los problemas de los liberales, a juicio del líder de Alianza Liberal Nicaragüense, es su división interna. Por ejemplo, el afán de ser la cabeza visible de la opción que tiene el ex presidente Arnoldo Alemán, líder del Partido Liberal Constitucionalista. “Pero el truco es no prescindir de sus votos; los necesitamos”, ha remarcado Eduardo Montealegre.

En el repaso de alianzas internacionales, ha explicado que al presidente venezolano Hugo Chávez le sale a cuenta “invertir en un títere como Ortega” porque el coste de la operación no es muy elevado en relación a los beneficios a obtener. Sobre los Estados Unidos, ha estado desmitificador, y al margen de tildar al país como “tigre de papel” por su peso en la geopolítica actual, ha remarcado que no está interesado en países como Nicaragua a la vez que se entreveía en su discurso que tampoco los europeos deberíamos ilusionarnos. “Sólo se interesan por algunos países”, ha dicho. Aun así, opina que el sueño de Ortega es que lo llame Barack Obama. “Dejaría de ser de izquierdas o de acercarse al presidente iraní Ahmadinejad si la Casa Blanca lo llamara”, ha sentenciado.

Por ello, su mirada se ha dirigido a la Unión Europea y, en concreto, a España. “Tal vez, tampoco no tengamos propuestas que ilusionen a los Estados Unidos, pero necesitamos su ayuda. La ayuda de ustedes, que sufrieron el franquismo”.

Por último, ha subrayado el mensaje de su opción política. “No es empleo lo que necesita Nicaragua -refiriéndose a tratos de favor con contraprestaciones diversas- sino trabajo; necesitamos que los pobres sean menos pobres, no que los ricos sean menos ricos”, ha concluido.

La entidad convocante, la Fundació Catalunya Oberta, fue fundada en el año 2001 y tiene como objetivos defender, analizar y promover los valores de la sociedad abierta, la libertad, la democracia y la economía de mercado. Sus dos grandes ejes son el catalanismo y el liberalismo.

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