Condenan en Málaga a un vendedor ambulante por intentar asesinar a otro con un hacha en un mercadillo

La Audiencia de Málaga ha dictado sentencia condenatoria contra un vendedor ambulante por intentar asesinar a otro que tenía el puesto colindante en un mercadillo de la capital, al agredirlo con un hacha, después de que el procesado admitiera los hechos el día del juicio y expresara su arrepentimiento de lo ocurrido.

   A través de una sentencia, a la que tuvo acceso Europa Press, la Sección Primera lo condena a tres años y medio de prisión, pena con la que se conformó el acusado tras modificar el fiscal su acusación inicial, en la que pedía ocho años de cárcel por un delito de asesinato en grado de tentativa.

   Asimismo, el Tribunal le impone la prohibición de acercarse o comunicar por cualquier medio con la víctima durante un periodo de cinco años, al tiempo que deberá indemnizar al hombre con 22.210 euros en concepto de responsabilidad civil por las lesiones y las secuelas causadas.

   Los hechos sucedieron en el mercadillo de la avenida de Europa, en Málaga capital, donde acusado y víctima ejercían la venta ambulante. Así, el procesado mantuvo una discusión con el propietario del puesto colindante al suyo, al parecer, por el espacio físico utilizado por cada uno para colocar los puestos.

   Una vez terminaron de discutir y cuando la víctima se encontraba agachada de espaldas colocando un cajón de frutas, el acusado, según la resolución, "de forma súbita", propinó con el filo de un hacha de 40 centímetros un golpe en la cabeza al otro hombre, que recibió un segundo golpe, que le hizo caer al suelo.

   El acusado ocultó el hacha debajo del asiento del conductor de la furgoneta de su mujer, que estaba aparcada en la zona, y salió huyendo, aunque, finalmente, fue convencido por sus familiares para que se entregara a la Policía, lo que hizo el mismo día, apenas dos horas más tarde.

   La víctima sufrió lesiones que de no haber recibido la asistencia médica podrían haberle ocasionado la muerte por complicaciones neurológicas o infecciosas. Además, le quedaron secuelas estéticas y psicológicas, como trastorno por estrés postraumático.