Diez personas, entre ellas tres abogados, han sido detenidas en el País Vasco, acusadas de haber servido presuntamente de “correos” para la banda terrorista ETA, de haber pasado información, de gestionar la huída de miembros o colaboradores de la organización mafiosa, de intervenir en los pagos del impuesto de extorsión, de entregar cartas para captar a cachorros del hacha y la serpiente, y de poseer información sobre los objetivos de los etarras.
La operación de la Guardia Civil sigue su curso, bajo las órdenes del juez
.png)
Fernando Grande-Marlaska, y ha logrado sus primeros objetivos gracias a los documentos incautados a otro detenido, el ex número uno de ETA
Francisco Javier López Peña, alias “Thierry”, ya en manos de las autoridades francesas.
En esta operación hay que destacar dos hechos: que se le ha dado un golpe a lo que podríamos llamar “trama civil” del terrorismo, y que una vez más se ha puesto de manifiesto la estrecha colaboración y la coordinación y la sintonía entre la Justicia y las Fuerzas de Seguridad de España y de Francia. Algo, por cierto, infrecuente en otros tiempos en que las autoridades galas se tapaban la nariz o miraban hacia otro lado.
España tiene muchos y muy graves problemas, y la sociedad ya ni siquiera percibe el terrorismo como un asunto prioritario que le quite el sueño, lo cual no deja de ser un error o un acostumbrarse a convivir con la maldad. Muy por delante del terrorismo, según las encuestas del CIS, están el paro y la crisis económica, tan relacionados entre sí. Sin embargo, la lucha contra ETA sigue, a veces silenciosamente, en muchas ocasiones sin aparecer ante la opinión pública, y ése es el mérito de personas que se juegan sus propias vidas cada día para defender las vidas ajenas.
Este país del desánimo y de la desconfianza también contiene en su interior, en su corazón, como en un juego de muñecas rusas, el país de la eficacia judicial y policial: tantos profesionales de los cuarteles, de las comisarías, de las gendarmerías que duermen siempre con un ojo abierto para no perder de vista a los terroristas. Por lo demás hay que celebrar que, en una España dividida en otros asuntos, se haya encontrado una verdadera unidad para terminar con la única banda terrorista que opera en Europa, y que tiene más de medio siglo de historia y un millar de muertos sobre su conciencia.
Información relacionada:
Si (
No(
