Yo no sé de que está compuesto el ADN del ex presidente
Aznar, pero sin duda tiene una buena dosis de estilo faltón y si me apuran de soberbia. Nuestro ex presidente de Gobierno se ha despachado diciendo que el paro, la crisis y el despilfarro están en el ADN de los socialistas. Sí, lo ha dicho y se ha quedado tan ancho.
Aznar se olvida de que sin la socialdemocracia no habría sido posible la Europa del bienestar, la Europa social, la Europa del progreso, la Europa de la prosperidad, en la que vivimos. Pero el señor Aznar de un plumazo, mejor dicho, de una sola frase ha condenado a la socialdemocracia al infierno, como si en los países gobernados por la derecha no hubiera ni paro, ni crisis, ni despilfarro.
Si Aznar quería atacar al Gobierno
Zapatero no hacía falta que dijera semejante tontería y, sobre todo, que ofendiera a los millones de ciudadanos que en España votan al PSOE. Es evidente que el Gobierno Zapatero no ha sabido abordar el problema de la crisis económica, primero porque se empecinaron en negarla y luego porque las medidas adoptadas lo han sido juntas a destiempo, otras fruto de la improvisación. Pero dicho esto, que yo sepa, la crisis económica que padecemos es fruto de la crisis financiera provocada por el capitalismo de casino que, mire usted por donde, es el que parece defender cierto sector de la derecha. Un capitalismo en el que todo vale, pero eso sí, en caso de que les vayan las cosas mal, echan mano del dinero de los ciudadanos para paliar sus problemas.
En nuestro país, además de sufrir los efectos devastadores de la crisis financiera que nos vino desde el otro lado del Atlántico, también hemos
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sufrido, estamos sufriendo, la crisis del ladrillo. Saca pecho Aznar y presume de que España experimentó un importante crecimiento cuando él era presidente. Es verdad. Claro que se le olvida decir que basó el crecimiento en el ladrillo y que pese a que algunos expertos avisaban de que algún día explotaría la burbuja inmobiliaria él continuo hacia adelante, mirando hacia otro lado y sin poner las bases para otro modelo de economía productiva que no fuera el de la construcción.
De manera que a cada cual lo suyo. Al Gobierno Zapatero se le pueden reprochar muchas cosas, pero no es el culpable ni de la crisis financiera, ni de la crisis del ladrillo, que al fin y al cabo es el modelo de crecimiento que heredó del aznarismo. Ciertamente Zapatero tampoco cambió ese modelo, pero no fue un invento suyo.
A mí, me parece el colmo de la soberbia esa descalificación de sal gruesa que el ex presidente ha hecho de los socialistas. Es como si desde la izquierda alguien le respondiera que en el ADN de la derecha está el germen del fascismo, ¿verdad que les resultaría ofensivo? Hay veces que es mejor morderse la lengua antes de hablar para no decir boutades que no conducen a ninguna parte, sino a la descalificación fácil.
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