Decía “el Guerra”, el torero, que “lo que no puede ser no puede ser, y además es imposible…”. Y eso le ocurrió al Barça anoche, ante el Inter de Milán en el “Camp Nou”. El Inter fue “ultradefensivo”, y especialmente con inferioridad numérica sobre el terreno de juego, tras la expulsión de
Motta…Doctores tiene la crítica deportiva para señalar que el Barça fue superior, pero las cosas son como son, incluso los errores, y así se escribe la grandeza del fútbol: de ese “deporte rey” que es esfuerzo físico, estrategia, batalla, droga social, rivalidad, negocio y hasta ceremonia religiosa.
Quien les haba estuvo anoche en el “Camp Nou”, y les cuento, como el cronista de calle y de grada que jamás dejaré de ser, la emoción de aquellas casi cien mil personas, unidas la inmensa mayor parte de éllas en la obsesión de que el Barça jugase la final de la Liga de Campeones en el “Bernabéu”. Pero no pudo ser, y es imposible.
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La tribu del fútbol tiene sus códigos, y millones de telespectadores y de radioyentes siguieron en vivo y en directo esta semifinal en la que dos equipos europeos, condecorados de éxitos, vivían esa aventura, casi de ranchera mexicana, de que “alguien aquí está sobrando”. Y al Barça le tocó perder, porque ya venía herido por la derrota del primer partido, del 3-1, en Milán…
El fútbol no es una guerra civil sino un punto de encuentro. Hay que saber perder para saber ganar. Los gladiadores tienen los pies de barro, los tobillos de cristal, y a veces les falla la puntería. El Inter de Milán tenía la lección bien aprendida: defenderse y no arriesgar más que lo justo. Y le salieron las cuentas, del mismo modo que podría haber sufrido una derrota y ser eliminado.
Cuentan los antropólogos que, en la noche de los tiempos, los cazadores se volvieron más atléticos y más inteligentes, y que descubrieron el juego. Ayer pensaba en todas estas cosas, mientras le anulaban un gol a Motta, y mientras la remontada no era posible. Son cosas del fútbol, donde también hay gloria en la ceniza, y donde siempre es posible esperar al próximo encuentro, al choque siguiente, a la oportunidad venidera, como en la vida misma.
El Barça fue eliminado, pero como dice Manolo el “Chocolate”,”manda carayo” y “más se perdió en Cuba”.
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