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Grosera manipulación

Grosera manipulación

miércoles 05 de mayo de 2010, 00:10h
Leer los datos de la realidad es una necesidad imperativa en el mundo de la política. Hay que aproximarse  a los hechos y circunstancias que vive el país para entender lo que sucede en él. Pero la gran prensa, que es un incisivo actor político, utiliza los datos de la realidad a su gusto y sabor, con el evidente afán de demostrar su teoría de que el país está peor que nunca y que el actual gobierno es un total fracaso.

El INEC informó a comienzos de abril que el desempleo se había situado en el 9,1% durante el primer trimestre de 2010. Y eso bastó para que se agitara el avispero. Cogiendo datos sueltos de aquí y allá, los analistas de la derecha buscaron mostrar el cataclismo económico que vivía el país por culpa de la política oficial.

No me extraña que así lo hagan. Ese es su papel de opositores políticos, disfrazados de periodistas. Y para eso les pagan las empresas que los sustentan.

Pero, como ciudadano pensante, me indigno ante la grosera manipulación que ellos hacen de las cifras y los datos de la realidad. Y todavía más ante sus desvergonzadas teorías de defensa del delito y de los delincuentes económicos, y su crítica a la “función policíaca” del SRI.

    “Actualmente, nuestros problemas
      no son de carestía, sino
    de abundancia...”


Para ellos pareciera no existir la crisis internacional, que ha golpeado tan duro a la sociedad mundial. Reducen todo al supuesto mal gobierno de Correa y a la falta de inversión extranjera, y ponen como ejemplo a seguir la política de Colombia y Perú, que reciben fuerte inversión exterior y estimulan a la empresa privada. Pero callan que los países vecinos también tienen altas tasas de desempleo: Perú, 8,6% en 2009 y Colombia 13% en el primer semestre de 2010. En cuanto al crecimiento económico, alguien se burla del “pírrico” 0,33% del Ecuador en 2009, pero no menciona que México creció al 0,5% en el mismo año y que otros países retrocedieron.

Esas son lecturas ruines, parciales e interesadas de la realidad. Al igual que esos noticieros de medianoche, que buscan mandarnos a la cama transidos de terror y pensando que el crimen nos acecha, los artículos de estos analistas y periodistas quieren angustiarnos y provocar en nosotros una reacción política. Y a ello se suman, concertadamente, la acción de los especuladores del azúcar, que esconden el producto o lo venden al exterior, y los gritos del MPD, cuyos estudiantes denuncian “el hambre y carestía que vive el país”.

Por suerte, toda esa faramalla política y el coordinado vocerío de la derecha chocan contra las evidencias de la realidad: grandes y múltiples obras públicas, que generan trabajo y producción; un adecuado abastecimiento de productos básicos y una política de financiamiento agrícola que ha traído notables incrementos productivos, entre ellos una cosecha de invierno de 900 mil toneladas de arroz, superior en 12% a la del año anterior.

Ahora, nuestros problemas no son de carestía, sino de abundancia. ¿Dónde guardar estos grandes excedentes productivos o a quién venderlos en el exterior? Ahí hay una buena tarea para los Ministerios de Agricultura y Relaciones Exteriores y Comercio Exterior, hoy dirigidos por técnicos del más alto nivel, que sin duda sabrán solucionar estos retos que trae la sobreproducción.


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