Del dicho... al hecho

Del mapa inicial planteado hace dos años, cuando la Junta decidió impulsar la reordenación del mapa de las Cajas en la región, a lo que puede salir finalmente del proceso, hay un abismo. O no se diseñó bien o la libertad que se ofreció a las entidades para que tomaran decisiones, ha demostrado que lo que ellas veían nada tenía que ver con lo que el PP y el PSOE pactaron. También cabe señalar que el control que las formaciones políticas tienen sobre sus representantes en las entidades, no es precisamente modélico, puesto que responden más a otros intereses (no digo cuales), que a los de los respectivos partidos.

Es indudable que había que reordenar las Cajas y hacer que crecieran, que salieran de la atomización que las llevaba a la intervención del Banco de España. Lo que no tengo tan claro es si había que pagar un precio tan alto: la apertura de la comunidad en canal y la vuelta a los localismos más recalcitrantes, que se cuestione el mando y la autoridad en los partidos, la idea de que cada uno puede ir donde quiera...

El último episodio por el momento, la negativa de que Caja Avila y Caja Segovia hayan dicho no a Banca Cívica, ha revelado el cabreo más intenso en las altas esferas de la Junta y del PSOE, y sin embargo uno tiene la sensación de que la alternativa estaba más que pactada, porque no me explico porqué a los cinco minutos de la decisión no intervino el Banco de España, como si hizo en el caso de Caja Sur. Había ya cerrados acuerdos, o por lo menos preacuerdos con Caja Madrid, entidad que preside Rodrigo Rato, y lo que parece realmente extraño es que de ello no se hubiera informado a la Junta de Castilla y León.

Así las cosas, lo mejor que puede pasar es que de una vez por todas se cierre el episodio de las Cajas, el que más quebraderos de cabeza ha dado en los últimos años, y en los que se ha demostrado que nunca las cosas están tan atadas como parece.

Luis Jaramillo. Director de COPE Castilla y León.