Para verte de nuevo subiré hasta el Annapurna
Allí en lo alto aclamaré tu nombre con un grito;
Sostendré como a una hoja esos mechones color trigo
Jalándote del Paraíso otra vez a tierra firme.
Tal vez Dios olvidase por completo
Sellar con un candado nuevo tu trágico aposento.
Y así mis manos ciegas hurgarían en las nubes
Buscando asir alguna cinta descuidada
Que aún cayera prisionera de tu bolso
Por la impiadosa gravedad que te insistía
Volver volando hasta tu casa.
Y de un tirón traerte
De nuevo a tierra firme.
Para verte de nuevo subiré hasta el Annapurna
Clavaré primero una bandera para honrarte
Así quedará en paz la Muralla con tu arte
Y que no codicie un alma más el Funebrero.
Para hacerte de coraje dedicaste poemas a la muerte
¡Oh, valiente! Ojalá esa pluma le hubiese dedicado
Eneidas a las mares inocentes.
Y no a ese canoso asesino gigantesco
Que sepultó tus últimos suspiros
Bajo tierras de esquiadores.
Para verte de nuevo subiré hasta el Annapurna
Alzaré mis brazos a la atmósfera diurna.
Y si en ese blanco mausoleo que estrenaste
La puntita de mis dedos te tocase:
Pues con una frágil uña...
Yo el mundo engancharía a tus mochilas,
Para que el peso del Planeta te trajese
De nuevo a tierra firme.
Para verte de nuevo subiré hasta el Annapurna
Y si aquella Cima escuchara mi lamento
Oxigenaré una vez más tu cuerpo yerto
Si el Cielo te trajese con ello a tierra firme.
¡Ah, valiente! Que tu mirada azul hiriente
Baje ya de ese etéreo escondite a tierra firme
Besando aquellas nubes añoradas.
Para verte de nuevo subiré hasta el Annapurna.
Y si tropiezo con tu tumba:
Por los tuyos ofreceré mis leucocitos.
A ver si ese Cardiólogo deforme muerde el pico
Y te cuelas otra vez en tierra firme.
Para verte de nuevo subiré hasta el Annapurna
Hasta dar con una roca excavaré la nieve dura
Y encima de su mole grabaré este verso insigne
Si con ello te jalase
De nuevo a tierra firme.
Nicolás Lopez Dallara
A la memoria de Iñaki Ochoa de Olza