Pocas dudas caben ya de que el alcalde de Valladolid, Javier León de la Riva, optará a un nuevo mandato (sería el quinto consecutivo) en las elecciones municipales del año próximo. Sin esperar a que se abra el procedimiento formal para designar a los candidatos, el presidente provincial del PP, Ramiro Ruíz Medrano, se ha apresurado a pedirle públicamente que continúe y el alcalde tampoco se ha hecho mucho de rogar.
Así las cosas, lo que previsiblemente ocurrirá, es que el alcalde, sintiéndose irreemplazable, ponga la “leonina” condición de disponer de manos libres para elegir a sus compañeros de candidatura, sin admitir nombres que no sean de su agrado, como ha venido ocurriendo anteriormente mientras Tomas Villanueva estaba al frente del PP vallisoletano. Ni que decir tiene que León de la Riva vetará la continuidad de los dos concejales díscolos, Tomás Punzano y Almudena Domínguez, que tanto incordio le causaron en relación con el plan urbanístico de Valdechivillas.
Salvo la cuota destinada a integrarse en el equipo de gobierno de la Diputación, De la Riva exigirá rodearse de concejales que no osen cuestionar su autoridad. Entre las incorporaciones se descarta sin embargo la del ingeniero asesor de la Alcaldía, Carlos Baró, el hombre de su máxima confianza en cuestiones urbanísticas y muñidor en la sombra de no pocas decisiones del equipo de gobierno municipal en esa materia.
Si (
No(
