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¡Queremos elecciones, ya!

¡Queremos elecciones, ya!

martes 25 de mayo de 2010, 13:57h
Nuestro sistema electoral tiene la ventaja y/o el inconveniente de que hay que aguantar cuatro años con cualquier chuflas al frente del Gobierno hasta que se agote la legislatura. Hombre, es verdad que otros paìses lo tienen peor y se ven obligados a soportar al elegido durante un lustro. El caso es que, personalmente, estos últimos años se me están haciendo eternos. Sobre todo los dos que lleva gobernando Zapatero desde que en 2008 ganara las elecciones generales. No sé si ha sido la crisis, el paro, la falta de programa, la política errática, las tonterías de las ministras o las miles de pamplinas sin sentido que está llevando a cabo el de la ceja, pero el caso es que me da la impresión que la actual legislatura está durando más que un martillo en manteca. Pero es lo que hay y como resulta que el único que puede convocar elecciones anticipadas es el presidente del Gobierno, y no parece que Zapatero esté dispuesto a hacerlo, tendremos que armarnos de paciencia hasta mayo de 2012. Cabría una posibilidad, una alternativa que es la moción de censura, pero me da a mi que el PP no es capaz de aunar voluntades en el Congreso para sacarla adelante cuando la mayoría de los grupos minoritarios están en venta al mejor postor y esperando cualquier oportunidad para sacar tajada de un Ejecutivo siempre dispuesto a concederle a catalanes, vascos, canarios y al que se ponga a tiro lo que haga falta para impedir cualquier maniobra de Rajoy y los suyos.

Así las cosas, imitaremos al santo Job ("Aznar me lo dio, Zapatero me lo quitó, maldito sea su santo nombre") y esperaremos la llegada de los próximos comicios municipales para los que ya queda menos de un año. Dicen los que saben de ésto, que las municipales son un test clarificador del comportamiento del electorado y que el resultado que obtenga el PP en mayo de 2011 dará una muestra bastante fiable de lo que puede ocurrir un año después y si Rajoy tiene o no posibilidades de alcanzar la mayoría absoluta. Yo no estoy tan seguro de ello. Lo malo que tienen las elecciones municipales es que no se vota tanto al partido en sí como al candidato que éste presente. La cercanía de las decisiones de un alcalde para los ciudadanos (y mucho más si se vive en pequeños núcleos de población) hace que el personalismo y la personalidad del candidato y la confianza en el equipo que le rodea marquen en muchos sentidos el voto. Al final, a la gente se la trae al fresco quien haya ganado en el pueblo de al lado o en la capital de la provincia. Lo que quiere es que su alcalde dé respuestas a los problemas que tiene su municipio.

Siguiendo con esta premisa, parece que en Sevilla lo tenemos bastante claro. Las meteduras de pata de Monteseirín y las barrabasadas de Torrijos han vacunado a la población contra cualquier pacto de Gobierno PSOE-IU. Hundido en la miseria, como está el PA, la única posibilidad que queda es Zoido con mayoría absoluta. El PSOE lo sabe y trata de contratacar con un tecnócrata poco partidista como es Juan Espadas quien, en teoría, no debería ser presentado hasta octubre y han adelantado su nominación a esta semana. Hay prisas, muchas prisas por darlo a conocer a una población que en un ochenta por ciento ignora quién contri es Espadas que le suena más a las briscas o al tute que a candidato socialista. Cuando sea oficial, ya tendremos a los cuatro candidatos que optarán a la Alcaldía de Sevilla: Juan Espadas, por el PSOE; Juan Ignacio Zoido, por el PP; Antonio Rodrigo Torrijos, por IU, y Pilar González, por el PA.

El problema es que, gane quien gane, lo va a tener crudo. Ya han visto que el Gobierno acaba de aprobar un decreto con parada y marcha atrás por el que los ayuntamientos españoles no podran pedir un duro más a partir del 1 de enero de 2011 y, al menos, a lo largo de todo el año. Ello quiere decir que quien gane las próximas elecciones municipales no sólo va a encontrarse vacías las arcas del Ayuntamiento, sino que no tendrá ni un euro para hacer las obras más imprescindibles. No ya el tranvía, el carril-bici, la ciudad de la Justicia, la ampliación de Fibes, las setas de la Encarnación o cualquiera de las chorradas que ha empezado Monteseirín, sino ni para arreglar ese pequeño bache de su calle que está destrozondo los amortiguaores de su coche. Así que si yo fuera Zoido, me tocaría la ropa y pensaría muy en serio ganar las municipales en Sevilla por mayoría ansoluta no sea que tenga que poner una casa de empeños en la Plaza Nueva para poder pagarle al personal. El que avisa no es traidor.
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