Cuando la política necesita algo de rigor

Muy sencillo. Porque hay impunidad total  en esta sociedad permisiva y sin  valores. Pero tengo la fórmula para acabar con ésta lacra.

Le vi y escuché a Antonio Basagoiti en una entrevista en TVE el miércoles 25  de mayo, al día siguiente de la bronca que sus compañeros de partido le habían montado en el Senado al presidente del Gobierno pidiéndole su dimisión. Algunos estaban escandalizados por esto. Yo no. Sería criticable si  fuera todos los días o acabara como en Ucrania con los diputados saltando de escaño en escaño y el  presidente recibiendo tomatazos. Pero hacer normal lo que es  normal  a nivel de calle es conectar con la realidad. Y si no démonos una vuelta por Westminster. Un estado como el español que llega a los cinco millones de  parados y que el presidente no cuente con nadie a la hora de arbitrar medidas, se merece eso y no solo por tres minutos. Por engañar. Algo así como pasar, sin solución de continuidad, de ser forofo del Barça a serlo del Real Madrid. De la Real, a pasar a serlo del Athletic. Incomprensible. Y es que la mentira en política debería tener su sanción social inmediata. La mentira es algo  inadmisible. Y hay mucho mentiroso en política. Había uno que mentía tanto que cuando decía una verdad se sonrojaba. Y otro en Colombia que basó su campaña en éste lema: “Roba, pero hace cosas". Por aquí hay también gente que además de robar, miente y de ahí que en las encuestas aparezca la política como uno de los principales problemas de los ciudadanos. Pero ¿cuál es la alternativa?. Indudablemente elegir gente decente y que no mienta.
A Basagoiti le preguntaban si se sentía apoyado por la cúpula de su partido. Y sin ruborizarse contestó que su partido le había apoyado siempre. El de Madrid y el de aquí, es decir, la misma organización. Dos personas distintas pero un solo PP verdadero Y me dio ganas de llamar y decirle a la presentadora que Basagoiti estaba mintiendo, porque su partido no le apoyó en el  llamado blindaje del Concierto Económico hasta el punto que D. Antonio dijo que “en las siguientes elecciones se deberían presentar ellos".
Así como existe el Ararteko y el Presidente del Tribunal de Cuentas, debería haber en un sitio cerrado y desconocido un señor o una señora, que sería elegido como EL NOTARIO/A MAYOR DE EUZKADI con el único cometido de dar fe pública de los compromisos que hacen los políticos y, así como hace un árbitro de fútbol, sacar desde su independencia, bien tarjeta amarilla o tarjeta roja y al final, como el carnet por puntos, penalizar a fin de mes a los políticos mentirosos.

Por ejemplo. Patxi López se comprometió en campaña electoral a que nunca haría un pacto con el PP, y sin embargo lo hizo. Pues el Notario Mayor debería de intervenir de oficio y dejar claro ante la opinión pública que había mentido gravemente a los electores en la campaña y que por tanto, como dijo Arantza Quiroga, no era persona de fiar.

Otro caso. José Antonio Pastor, a cuenta de la elección del 25 de octubre como fiesta regional de Euzkadi se rió del Aberri Eguna y habló de su ranciedad. Inmediatamente debería haber intervenido el fedatario y haberle recordado que el PSE celebró 42 Aberri Egunas en el pasado inmediato.
Si Benegas se mofa del "Derecho a Decidir", inmediatamente el Notario Mayor debería mostrar la fotografía de Benegas con Rubial y Nicolás Redondo con una pancarta pidiendo la Autodeterminación del Pueblo Vasco. Y si Carlos Solchaga justifica el incumplimiento del Estatuto Vasco el Notario Mayor debería convocar una rueda de prensa y enseñarle su redacción del programa electoral del PSE en 1980 cuando se comprometieron a transferir la competencia de la Seguridad Social con su régimen económico.

A Zapatero, el Notario Mayor, esta vez de España, le debería recordar su compromiso con el Estatut: “apoyaré lo que salga aprobado por el Parlamento de Catalunya”, o aquello de que no tocaría nunca las pensiones, o que el Pacto de Toledo era sagrado, o que habría pleno empleo al final de su mandato y cosas así.

Todo esto serviría para que el ciudadano supiera de verdad con quien se juega los cuartos. Recordaba yo en mi anterior artículo que cuando uno viaja en avión lo que menos le importa es si el comandante es guapo o sonríe bien, sino si sabe pilotar el aparato y lo mismo con un cirujano cardiovascular, si es o no un buen médico y sabe lo que  hace. Entonces en política, ¿porqué se permite tanta mentira, tanta banalidad, tanto pillo, tanto embustero, tanto aventurero?. Pues muy sencillo. Porque no hay un Notario Independiente que levante acta de compromisos y declaraciones y  que a final de mes pase factura.

Se me dirá. Para eso está la prensa y están las Cámaras. Pues sí. Pero como decía D. Manuel de lrujo, "los hombres y los rocines cada  uno  va por sus fines" y la  obsequiosa periodista de TVE, quizás porque no tenía con ella el informe del Notario Mayor de Euzkadi, no  le dijo: "Miente usted Sr. Basagoiti. Su partido no le ha apoyado en esto, en esto y en esto, por lo que usted no es de fiar y además tiene diez puntos menos".

¿Y se actuaría asimismo con los dirigentes del PNV? Por supuesto. Esa sería la clave de la credibilidad del Notario Mayor de Euzkadi. Que no se casase con nadie. Pero dudo mucho encontrara políticos pinocho en el PNV. Y ya  ven. El trabajo del Notario sería tan a destajo y tan esclarecedor que por más que lo propongo no sale adelante. Y eso que es buena idea. Y nos ahorraría muchos disgustos. Pero ni Basagoiti, ni López, ni Zapatero, ni Rajoy lo quieren. ¡Qué le vamos a hacer!. Por algo será.