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Hundimiento con música

Hundimiento con música

lunes 07 de junio de 2010, 18:36h
Mientras el ‘Titanic’ se escoraba peligrosamente la orquesta no dejaba de tocar. Se ha valorado mucho la profesionalidad de aquellos músicos capaces de llevar el compás y mantener la afinación en una coyuntura tan angustiosa para mitigar en lo posible el pánico de los pasajeros. Pero aquel comportamiento ejemplar de los músicos contrastó con los errores y negligencias de los responsables de la navegación. Un capitán que permitió una velocidad arriesgada en las condiciones de visibilidad y estado de la mar-. Unos inspectores que no calcularon adecuadamente la capacidad de los botes salvavidas. Unos oficiales de guardia que hicieron la peor maniobra para afrontar el choque con el iceberg. El concierto solo sirvió para retrasar un rato el desconcierto general.

El presidente Zapatero hizo alegorías marineras en diciembre del 2008, justo en el tiempo en que tenía que haber corregido el rumbo de su barco. “Ahora tenemos –dijo- un barco fuerte que conoce bien su rumbo”. Le atribuyó el conocimiento del rumbo al propio barco en sí mismo, como si se tratase de una criatura racional y, por supuesto, insumergible. Quizá el capitán del ‘Titanic’ también pensaba que su barco conocía bien su rumbo por sí  mismo. Ahora cuando las vías de agua abiertas amenazan, se necesitan aplicar las normas internacionales de salvamento ya que las nacionales no funcionaron a tiempo. Y conviene distraer al pasaje con toda clase de músicas incluidas las deportivas. Al entregar la medalla al mérito deportivo Edurne Pasabán dijo Zapatero: “Cuanto más duras parecen las cosas mas fortaleza parece nacer en nosotros”. Lo revelador de esta música es el verbo parecer. Las cosas no son duras, “parecen”. La fortaleza no nace en nosotros sino que “parece que  nace”. Todo es un juego de apariencias.

De momento, Zapatero cree haber encontrado la mejor música para entretener la preocupación del pasaje. Tras su anunciada reforma forzosa del mercado laboral y ante la subida del IVA el campeonato Mundial de Fútbol. Mas pendientes los españoles de la brillante selección nacional que de su gobierno, se podría distraer la atención pública unas semanas veraniegas. El “barco fuerte” de Zapatero hace agua desde demasiado tiempo para que pueda arreglarse con simples tapones. Hay que poner en marcha potentes bombas de achique con energías de las que un capitán desacreditado ya no dispone.
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