“Esta señora es una zorra repugnante, guarra y puerca” Estas declaraciones no son del torero Jaime Ostos arremetiendo contra cualquier señora tertuliana de la cadena todavía más triste. Aunque lo parecen.
Estas palabras no corresponden a un señor nacido en 1830 cuando se entera de que la vecina se ha quedado preñada sin haber pasado por la vicaría. Aunque bien pudieran serlo.
Estas palabras no son de un extremista islámico de una aldea de Irán al ver en un televisor una mujer occidental conduciendo su propio coche y enseñando de manera desvergonzada su melena. Aunque se parecen.
Estas palabras no son de ninguna de las personas anteriormente citadas. Son de un hombre al que se le supone una cultura (al contrario que a Jaime Ostos), al que se le supone moderno (al contrario que al señor del siglo XIX) y al que se le supone occidental y por tanto respetuoso con la mujer. Pero sólo se le supone.
En realidad son de un tertuliano de Intereconomía que se llama Eduardo García Serrano cuya verborrea faltona, lenguaraz y obscena han hecho de Belén Esteban una firme candidata al próximo Nobel de Literatura. Sus ataques furibundos fueron contra la consejera de salud catalana por impulsar una web dirigida a jóvenes con contenido sexual.
Pues el señor Eduardo García Serrano ha conseguido lo siguiente con ilustres declaraciones:
• Quedar como un hombre de la caverna y dar con ello así la razón a quienes defienden ideas tan progresistas como indicar a los niños a hacerse una manola
• Perder la línea de debate que se pretendía al iniciar aquella tertulia. Entonces se pretendía hablar de la web, ahora sólo se habla de lo maleducado que es este hombre. Con razón
• Perder todo atisbo de razón por mínima que sea. El que insulta, pierde. Esto es como el juego de la silla, pero ahora se llama democracia
• Demostrar que si hasta ahora estaba callado era una impostación de lo que verdaderamente guardaba en su interior.
• Ha demostrado lo que es: un machista impenitente; esto es, que hiciera lo que hiciera la consejera, la hubiera denostado. Sólo le falto decirle: tú a fregar
Sobra decir que no comparto ninguna de sus declaraciones aunque tampoco comparta la iniciativa de la consejera de Salud. Pero lo cortés no quita lo valiente. García Serrano ha caído en lo fácil: el insulto. Vea usted, don Eduardo, si es fácil descalificar a los demás cuando las parrillas televisivas han hecho de esa práctica su gallina de los huevos de oro. Insultando a esta señora se ha puesto usted al más ínfimo de los niveles
Sólo le quedan dos salidas: una disculparse, la otra, retirarse un tiempo. Por salud mental
PD. Le quedan mal las patillas y ya no son tendencia.
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