Sevilla para soñar

Hoy emitimos “Protagonistas” desde Sevilla, dentro del itinerario gastronómico,  paisajístico y, sobre todo, humano, que es el “Taller del Gusto”, y que nos llevará al Parador Nacional de Carmona, un hotel del siglo XIV que ocupa un alcázar árabe…Un edificio que es una verdadera joya , donde el sosiego tiene su aposento, y donde hoy los cocineros reunidos en el club “Millesime” repetirán ese milagro cotidiano de los fogones: convertir la cocina en magia y la nutrición en arte.

Y hablando de arte, no queremos olvidar la gran tradición de la pintura sevillana, el esplendor de Diego de Velázquez  (que pintaba el aire sin que el aire lo supiese…), o la técnica y el colorido de Bartolomé Esteban Murillo, o la sencillez de Francisco de Zurbarán, extremeño de nacimiento y sevillano adoptivo. Todos ellos nos dejaron excelentes bodegones que exaltan la frescura y la belleza de la buena mesa, tan arraigada a las tradiciones españoles, incluso de la España más pobre y entrañable de los frutos de la huerta, de los huevos fritos, del pan candeal.

Vamos de camino hacia el parador de Carmona, hacia una de las ciudades más antiguas y señoriales de Andalucía, fundada por los cartagineses y que alcanzó su esplendor durante los períodos romano y árabe, y tras la Reconquista. Y visitaremos, además del Parador Nacional, la Puerta de Sevilla, uno de los escasos restos del antiguo alcázar, y la Puerta de Córdoba, con sus dos magníficos torreones. Y entraremos en la iglesia de San Pedro, cuya torre-campanario se asemeja a la Giralda de Sevilla…Y caminaremos por la Plaza Mayor, y le rezaremos al Cristo de los Martirios, y visitaremos, en la necrópolis romana, la tumba del elefante.

En esta España de nuestros amores y de nuestros dolores, es un lujo venir a Sevilla, capital de Andalucía: de una Andalucía que, en las últimas décadas, ha sido objeto de una transformación social, económica e industrial de la que hablarán los historiadores. Pero de lo que hoy hablamos los cronistas de la actualidad es de esta primavera sevillana, que es una isla de paz y de salero y de gracia… en la zozobra y en la marejada del mundo.


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