El Mundial de fútbol pone la guinda a los 'annus mirabilis' de nuestro deporte

Otra cosa es, a diferencia de la crisis económica, su tardío reconocimiento y el recortazo, su mayor o menor 'culpabilidad' en los inigualables triunfos deportivos de nuestros profesionales. Su mayor o menor responsabilidad.  Otras cosa es que pueda presumir y presuma, que lo va a hacer. Otra cuestión es que de esta envidia planetaria que despertamos sea por la intervención de Zapatero.

Porque a veces se han logrado pese a él. Pero a escasos meses de  los comicios catalanes y a menos de un año de las que se presentan desfavorables elecciones en municipios y comunidades autónomas el presidente de Gobierno sacará pecho afirmando, y eso si que es indiscutible, que La Roja ganó la Eurocopa bajo su mandato y -ojalá- también el Mundial.

Al margen de que nuestra impresentable clase política se líe también a polemizar al respecto, lo que nadie puede negar es el cambiazo que ha pegado el deporte español desde la siembra que significó la celebración de los Juegos Olímpicos de Barcelona'92 con la increíble cosecha de medallas y el optimismo que transfundió en vena a todos los españoles..

Y, claro, el acierto que significó la creación -con el también socialista Felipe González e al frente del Ejecutivo- del Plan ADO en el que las más importantes y potentes empresas apostaron por inyectar millones -entonces de pesetas, hoy de euros- para apoyar tanto el deporte de base como los centros de alto rendimiento.

Punto de inflexión en Barcelona'92

Fue el auténtico punto de inflexión y cambio total de tendencia que nos permite que hoy figuremos entre la élite deportiva planetaria y muy por encima, absoluta y relativamente, de países de gran potencia -general y deportiva- y tradición -general y deportiva, también- , como Alemania, Reino Unido, Francia, Italia y otros.

De tal manera que burla burlando y  casi parafraseando y remedando a Marx -sección Groucho-, “partiendo de la nada, hemos llegado a la más absoluta… colección de títulos”. Pues en la nada estábamos en el franquismo y primeros años de la democracia, que sólo se aprovechó políticamente para alardear de los escasos y milagrosos éxitos de gente también que nació por generación espontánea y sin siembra alguna, Ángel Nieto, Santana y Severiano Ballesteros.

De modo que en estos ‘annus mirabilis’, si un año es bueno y parece que hemos tocado techo, el otro es mejor y tocamos el cielo de la gloria universal con nuestros deportistas. Y no es menester insistir mucho ni citar a todos, porque entonces esta opinión se haría interminable y se extendería ‘per omnia saecula saeculorum’. 

Ahí es nada: Rafael Nadal -tan recientes su segundo entorchado londinense en Wimbledon y su quinto parisino de Roland Garros-, Pau Gasol -tan reciente su segundo anillo de la máxima competición baloncestística mundial de la NBA, aunque ausente del otro mundial, del de basket ya conquistado en 2006 u al que aspiran con fundamente el resto de los 'chicos de oro', también campeones europeos.

Ahi es nada: el bicampeón mundial de Fórmula 1 -otra de las tachas de nuestro deporte ya superadas- Fernando Alonso -revivido este año para aumentar sus títulos con Ferrari, aunque de momento no con los resultados esperados-, Alberto Contador -que salvo error u omisión, está ya en camino de sumar ya en 2010 su tercer Tour y posiblemente su segunda Vuelta-, Alejandro Valverde -el número uno en las listas oficiales de la UCI y ahora en un paréntesis por la injustísima y envidiosa persecución italiana que no ha cejado hasta su sanción por hechos supuestamente de hace más de un lustro y sin comprobar jurídicamente-.

Nuevo título en moto GP

Ahí es nada: Jorge Lorenzo -líder de un mundial de la máxima categoría de motos que salvo accidente como el de su compañero/rival Valentino Rossi nos obsequiará con el título más preciado, el de la categoría reina del motociclismo- mientras  en el resto de las cilindradas dominan abrumadoramente Toni Elías, Marc Márquez, Pol Espargaró y Jorge Terol y sin olvidar los muchos títulos ya obtenidos en diversas categorías por Pedrosa, Bautista y el propio Lorenzo.

Ahí es nada: Gemma Mengual –la mayor coleccionista de títulos en natación sincronizada de la historia-, Edurne Pasaban -que acaba de convertirse en la segunda mujer, o quizás la primera cuando se evalúen oficialmente por la Federación- que logra conquistar los 14 ‘ochomiles’ de la Tierra- … 

Ahí es nada también a nivel de selecciones nacionales o equipos: la ya mencionada Eurocopa futbolera, los ya citados entorchados europeos y mundiales de los ‘chicos de oro’ baloncestísticos; idem de los ‘balonmaneros’ y ‘futbolsaleros’, ídem de ese máximo campeonato tenístico de conjuntos que es la Copa Davis -con tres ya en nuestras vitrinas y la que la ‘armada’ defiende estos días en cuartos de final ante Francia, los también baloncestísticos del Barça –hace unas semanas campeón de la Euroliga- y de la sección de balonmano de los azulgrana, sin olvidar los europeos y mundiales del Ciudad Real.

Y, claro, volviendo y cerrando este reportaje con el fútbol, además del campeonato europeo de ‘La Roja’, el del Barça de los seis títulos consecutivos en ‘Champions’ y redondeado después con el Mundial de clubes, y hasta el del sorprendente Atleta, apuntándose y estrenando el primer título de la nueva y pomposa Europa Liga, que es como se denomina ahora la antigua Copa de la UEFA-.

En definitiva, que logrado ya el subcampeonato planetario por primera vez en la historia, que nos sabe a poco, estamos a escasas horas de  poner la guinda que nos eleve más entre las naciones poderosas. Con o sin Zapatero,  el deporte español sigue con su colección de títulos, con su colección de 'annus mirabilis'. Y olé