El consenso de los analistas ya habían descontado esta decisión, que se produce en un contexto de de fortalecimiento del euro, que marcó récord histórico frente al dólar el pasado mes de marzo, y de una ralentización estadounidense frente a la fortaleza de los últimos datos macro de la eurozona.
Además del precio del dinero, el BCE ha mantenido en el 2,75% la facilidad de depósito, que marca la remuneración del dinero, y en el 4,75% la facilidad marginal de crédito, que establece el tipo al que presta dinero a los bancos europeos.
El presidente de la institución, Jean Claude Trichet, tiene previsto comparecer a las 14.30 horas para explicar los motivos de la decisión, para describir el entorno actual y para dar orientaciones acerca de futuros movimientos en el precio del dinero.
Los analistas consultados por Europa Press esperan que el presidente del BCE comience a dar señales de una posible subida a mediados de año.
Concretamente, los expertos anticipan que dicha subida tendría lugar durante el próximo mes de junio y dejaría los tipos en un nivel del 4%, aunque no se descarta un incremento adicional en función de la evolución de la inflación y el crecimiento económico.
Desde el departamento de análisis de American Express Fund, señalaron que a pesar de la moderación de la inflación de la eurozona, el BCE mantendrá su preocupación por el fuerte crecimiento de la oferta de dinero, que se encuentra ahora en dos dígitos. Por lo tanto, se ejecutará una subida del 4% a mediados de año, que no excluye la posibilidad de un nuevo recorte a finales del ejercicio.
El BCE ha incrementado en 1,75 puntos los tipos de interés desde que a finales de 2005 decidiera poner fin a su política acomodaticia, con la que mantuvo el precio del dinero en el 2% durante dos años.
En su última comparecencia, Trichet, aseguró que los tipos de interés siguen en niveles "moderados", y expresó la disposición de la autoridad monetaria europea a actuar con decisión para que no se materialicen las presiones inflacionistas, lo que abre la puerta a posibles futuras subidas del precio del dinero.
Mientras, el euro prosigue su escalada alcista y marcó el pasado mes de abril su máximo histórico frente al billete verde. El euro se cambiaba por 1,3535 dólares, al alza respecto a los 1,3529 dólares de ayer.
El pasado 27 de abril, la divisa comunitaria alcanzó los 1,3682 dólares en su cotización electrónica, con lo que superó el anterior récord de 1,3682 dólares, marcado en diciembre de 2004.
Estos niveles récord fueron alcanzados tras la publicación de los últimos datos macroeconómicos estadounidenses, donde la ralentización económica se ha hecho más que evidente en los últimos meses.
Concretamente, la economía norteamericana creció un 1,3% durante el primer trimestre, un 1,2% menos que en el trimestre anterior, dando muestras de la debilidad ocasionada por la crisis del mercado inmobiliario estadounidense entre otros factores, tal y como destacó ayer la Reserva Federal estadounidense, que decidió mantener los tipos en EE UU en el 5,25% por octavo mes consecutivo.
La Fed recordó que su principal preocupación sigue siendo la inflación y que "los futuros ajustes de nuestra política dependerán de la evolución de la inflación y el crecimiento económico".
Además, el Comité de Política Monetaria (FOMS) advirtió de que "el crecimiento económico se ha ralentizado en la primera parte de este año y el ajuste prosigue en el sector de la vivienda".
Junto a esto, la Fed se muestra convencida de que la economía "parece que crecerá a un ritmo más moderado en los próximos trimestres".
Los analistas consideran que el Euribor, tipo al que se concede la mayoría de las hipotecas en España, se encuentra en un nivel alto y consideran que por el momento las decisiones del BCE sobre el precio del dinero no ejercerán demasiada influencia sobre el mismo.
El Euribor, tipo al que se conceden la mayoría de las hipotecas en España, cerró abril en el 4,251%, frente al 4,106% de marzo, y supone la decinovena subida mensual consecutiva, según los datos de la Asociación Hipotecaria Española (AHE).
Los analistas consultados por Europa Press consideran que este suave ascenso del Euribor en abril puede ser interpretado como una señal de ralentización y de leves subidas para los próximos meses.
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