De sobra eran conocidas las intenciones del exministro Rodrigo Rato de unir Caja Madrid con Bancaja. Y también estaban más que expuestas las reticencias del entramado empresarial valenciano. De hecho, este mismo miércoles ante el ´pistoletazo a los rumores´, la patronal de la provincia de Valencia -CEV- emitió un comunicado en el que advertía que apostaba por la continuidad de Bancaja en solitario o que la caja valenciana absorbiera a alguna más pequeña.
En total, el nuevo grupo tendrá unos activos próximos a los 338.000 millones de euros, cifra que la situará por encima de La Caixa, que tras absorber a Girona, alcanzará los 279.000 millones.
El proceso de concentración del sector avanza a marchas forzadas, ante el agotamiento de los plazos para solicitar las ayudas del FROB. Del total de entidades de ahorro existente, 45, se quedarán al final en torno a 15. Bancaja se había quedado relegada al cuarto lugar del ranking sectorial tras el Sistema Integral de Protección (SIP) o fusión fría entre la CAM, Cajastur, Cantabria y Extremadura.
Los consejos de administración de Caja Madrid y Bancaja se reunirán esta tarde para dar el visto bueno al acuerdo. De hecho, decidirán la ubicación de la sede social, que estaría en Valencia, frente a la operativa, en Madrid, así como el futuro de las dos corporaciones industriales -Bancaja Inversiones,con un 38% de Banco de Valencia y Cibeles, en el caso de Madrid. Sobre la imposición por parte de la Generalitat, Esperanza Aguirre, la presidenta de la Comunidad de Madrid, ha asegurado que la renuncia se hace "por el bien de la fusión".
Además, se determinará la cantidad de dinero en ayudas que van a solicitar al Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB).