Verdad y Derechos Humanos

Desde que el Presidente Correa creó la llamada Comisión de la Verdad, había dudas porque en el trasfondo era evidente que tenía un tinte político y que en cualquier momento iba a ser utilizado para todo tipo de manipulaciones, acusaciones y persecuciones; por último, tenía como fin sacar provecho mediático en el  momento oportuno. El resultado, estaba visto que iba perdiendo fuerza; primero por la conformación de los miembros principales (jueces y parte) y de los grupos de apoyo, muchos de ellos habían participado, ya sea en asaltos, secuestros, asesinatos (así de claro) y atentar en contra de la seguridad del Estado (creando grupos subversivos armados). Ya teníamos información del resultado porque, desde hace algunos meses, la Comisión nos hizo conocer algunos “avances” del contenido del informe; luego pidieron la inmunidad para todos los miembros, aprobada por la Asamblea Nacional mediante una ley; por último, el “principal implicado” de las “investigaciones”, se les “escapó para siempre” (Ing. León Febres-Cordero).

Felizmente en este país no han existido dictaduras como las del Caribe, Centro América o del Cono Sur; las Fuerzas Armadas ecuatorianas son admiradas, respetadas y queridas por la ciudadanía, su origen popular y el programa institucionalizado de “Apoyo al Desarrollo” les ha permitido trabajar en las áreas más deprimidas del cordón fronterizo y urbano-marginales del sector rural y de las ciudades.

En 1992 el Ministro de Defensa de aquel entonces (Gral. José Gallardo) firmó un convenio con la Asociación Latinoamericana para los Derechos Humanos (ALDHU), cuyo Secretario Ejecutivo era el Doctor Juan de Dios Parra, para la capacitación en DD.HH tanto para oficiales y tropa; fue la primera institución armada en Latinoamérica que firmaba un convenio de este tipo; se capacitaron más de 10 mil miembros.

Se entiende que decir la verdad implica un compromiso ético, libre de venganzas, odios, revanchismos y de veladas intenciones; lo mismo, los Derechos Humanos son para todos, no interesa si es blanco, cholo, indio, mestizo; su religión, su ideología, si es de uniforme o no. Si no se menciona en el informe de la llamada Comisión de la “verdad”, a las víctimas (militares y policías) del  aleve ataque de los “guerrilleros de finca”, (El poeta Javier Ponce ha sido uno de los tenaces defensor de estos subversivos), en donde fueron asesinados cobardemente, en la emboscada del 16 de diciembre de 1993, y peor no se condena este hecho; la Presidenta de la Comisión, Hna. Elsie Monge, al menos debió pedir una plegaria por el descanso de sus almas.