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Alemania es emboscada

Selección de EEUU sufre ante Eslovenia e iguala 1-1

Selección de EEUU sufre ante Eslovenia e iguala 1-1

viernes 18 de junio de 2010, 20:49h
Eslovenia y Estados Unidos protagonizaron este viernes un partido atractivo por intenso, de ida y vuelta y disputado en las áreas, en el que se acabaron repartiendo los goles (2-2). A primera hora, la selección de Serbia emboscó a la de Alemania en un partido donde los germanos jugaron con diez finalizando el primer tiempo por la expulsión de Klose.
Al pie de Valter Birsa, el volante del Auxerre, llegó una pelota aparentemente intrascendente, a unos 25 metros del marco de los estadounidenses, que no pusieron impedimento alguno para que el "diez" esloveno se acomodase el "Jabulani" a la bota izquierda y le pegase estupendamente, trazando una parábola imposible para Howard, una estatua.

Había discurrido menos de un cuarto de hora, disputado con mucha intensidad pero poco brillo, ambos equipos más pendientes de no ceder la zona ancha que de conquistarla, de negar el fútbol del rival que de imponer el suyo.

Bob Bradley había decidido darle la batuta de su equipo a José Francisco Torres, un error que corrigió en el descanso tras comprobar que el reto le quedaba grande al centrocampista del Pachuca mexicano, siempre fuera de sitio, errático en el corte, incapaz de ejercer de mariscal para dar sentido al juego.

El gol de Birsa descompuso a EEUU, que perdió orden táctico, cedió la pelota y medio campo; pero lo realmente sorprendente es que durante veinte minutos los muchachos de Bradley, que si por algo se distinguen es por su inconformismo y su brega, parecieron un equipo entregado.

Necesitó mucho tiempo EEUU para recuperarse del gol, pero lo hizo, aunque fuese para recibir otra bofetada del destino: un tanto de Ljubijankic al filo del descanso después de que el balón se pasease por delante del marco esloveno sin que Donovan hubiese podido hacer el empate.

Lo impidió por los pelos la defensa eslovena, que enseguida montó una contra para en tres pases, y tras una gran asistencia de Novakovic, dejar solo y en carrera a Ljubijankic ante la salida de Howard, al que le hizo el segundo.

El seleccionador estadounidense movió el mecano en la caseta, retiró a Torres y a Findley en el descanso y dio entrada a Edu y Feilhaber, buscando sangre nueva, más actitud y sobre todo más llegada.

Y el fútbol tardó tres minutos en darle la razón, aunque fuese tras un grave error de César en el corte que dejó a Donovan frente a Handanovic con solo la pelota de por medio.

El volante del Galaxy, muy escorado, le pegó alto y arriba, y EEUU volvió a ver la luz y a creer en su fútbol, más físico y rocoso que fino, pero igual de efectivo cuando sirve para correr, para jugar a tumba abierta, al ida y vuelta, un desafío que aceptaron los eslovacos para convertir el encuentro en una ruleta.

Se sucedieron las aproximaciones en ambas áreas. La pelota, durante tantos minutos trabada en medio campo, corrió de lado a lado y el partido devino en una locura muy atractiva para el espectador.

Fue en ese terreno que recuperaron los estadounidenses la esencia de su fútbol y que consiguieron hacer el empate por medio de Bradley, de nuevo el héroe de su selección, como ya ocurriese frente a Inglaterra en su primer partido mundialista.

Fue un gol tras un contraataque bien rizado y con Bradley entrando por el medio al más puro estilo "center", como en el baloncesto, para recibir una asistencia y hacer el empate.

Las ocasiones se sucedieron en ambas áreas, y Radosavljevic o Novakovic pudieron apagar de nuevo todas las esperanzas estadounidenses de no haberse topado con Howard en un final de partido no apto para cardiacos.

Al final, un justo reparto de puntos que deja a ambos equipos con opciones de meterse en los cruces tras uno de los partidos más intensos de los que hasta ahora se llevan disputados en Sudáfrica.

Serbia muestra sus cartas

Serbia rompió una racha de cinco derrotas consecutivas en la Copa del Mundo y bajó los humos a la gran favorita del grupo D, Alemania, que en el minuto 37 perdió por doble amarilla a su máximo goleador, Miroslav Klose.

Alemania, deslumbrante en su goleada a Australia (4-0), quería sentenciar en Puerto Elizabeth y dejar resuelto su pase a octavos, pero Serbia necesitaba una victoria para seguir respirando, tras su derrota frente a Ghana, y aceptó el reto de disputar el triunfo a la triple campeona del mundo.

Joachim Löw alineó a los mismos que golearon Australia, en tanto que Radomir Antic introdujo tres cambios. Uno obligado, el de Neven Subotic por el sancionado Aleksandar Lukovic, y además puso en juego de salida a Zdravko Kuzmanovic y a Milos Ninkovic.

Alemania empezó dominando. Ya en el m.7 Podolski marró un disparo desde la frontal del área. Los germanos controlaban el balón sin apresuramientos frente a un equipo apremiado, de movimientos rápidos y nerviosos.

El equipo de Radomir Antic presionó sobre el arranque del juego alemán sin omitir brusquedades, y arriba Krasic llegó varias veces por la banda derecha para colgar balones sobre el gigante Zigic, mientras los alemanes abusaban de los centros a la cabeza de Klose.

La primera media hora apenas si registró ocasiones de gol. Un lanzamiento de falta de Kolarov (m.33), que salió fuera por poco, y una acción de Klose (35), que dejó el balón en el centro del área pero no encontró rematador, fueron los momentos de mayor peligro.

Pero la segunda amarilla a Klose, que le mandó a la ducha en el m.37 por una entrada por detrás a Stankovic, cambió el curso del partido. Un minuto después el rubio Krasic ganó por velocidad a Badstuber, centró desde la banda derecha, y Zigic, entrando de cabeza por la izquierda, se la puso a Jovanovic, que ejecutó a Neuer en el cuerpo a cuerpo.

De pronto se oscurecía el panorama tranquilo de Alemania, que con diez hombres se veía obligada a batirse por la victoria para no tener que jugárselo todo a una carta contra Ghana.

Las tradicionales virtudes alemanas -garra, ofensiva total, moral a toda prueba- empezaron a manifestarse. Al filo del descanso, Khedira estrelló un balón en el larguero culminando una carga clásica alemana, justo antes de que el español Alberto Undiano Mallenco señalara el descanso.

Alemania se olvidó de que estaba con uno menos y salió en tromba. Schweinsteiger lanzó un obús contra el portero en el m.55, y a continuación Podolski marró dos disparos.

En el 59 el panorama pareció despejarse para Alemania cuando Vidic cometió penalti al tocar con la mano el balón en el área, pero Podolski estrelló la bola contra el portero. Alemania, que no fallaba un penalti desde que lo hizo Uli Hoeness contra Polonia en 1974, había creado en 14 minutos cuatro ocasiones claras de gol, jugando con diez hombres.

Los subcampeones del mundo seguían atacando en oleadas, dejando a veces desguarnecida su retaguardia. En el 68, el rápido Krasic invadió el área y cedió a Jovanovic, que disparó al poste. En el 74, otra jugada del incansable Krasin terminó en un cabezazo de Zigic que rozó el larguero.

Alemania estaba jugando con fuego, pero el marcador, pese a los vertiginosos intercambios de manotazos, ya no se movió. La apisonadora germana encara ahora un partido a todo o nada contra Ghana. El gran clásico del los Mundiales (se ha jugado siete veces, como el Brasil-Suecia) terminó con sorpresa.
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