www.diariocritico.com
El Consejo de los Consejos

El Consejo de los Consejos

domingo 20 de junio de 2010, 12:36h
    El Consejo Europeo celebrado el pasado 16 y 17 de junio de este año 2010, con ser importante, no ha sido demasiado esclarecedor. Casi se podría decir que ha sido un pase de pecho –así se dice en el toreo- a la aún difícil situación de crisis que padecemos y que evidentemente inunda la reunión, su contenido y las conclusiones de esta última cita de los jefes de Estado y de Gobierno de los países de la Unión. El desarrollo concreto vendrá después. Por cierto, es el último acto importante que va ocurrir durante la Presidencia española del Consejo pero no es, como algunos se empeñan, un acto de la Presidencia, empeñada por algunos en convertirla en el centro de atención. “Las decisiones sobre la mesa del Consejo Europeo del 17 de junio representan las joyas de la corona de la Presidencia española de la UE” –Carlos Carnero dixit-. Y esto confunde, porque ya se han encargado en Bruselas en dejar claro que una cosa es la Presidencia española del Consejo y otra son las Cumbres con las grandes potencias del mundo y los Consejos Europeos de Jefes de Estado y de Gobierno, cuestiones en las que nuestro papel ha sido limitado y, en ocasiones, muy limitado. Menos mal que por fin parece que estamos dispuestos a que desde Europa nos consideren más en función de nuestras actitudes y esfuerzos coordinados que en los deseos de nuestro Gobierno de protagonismo gráfico y fotográfico, dolorosa actitud por otra parte pero que también tiene sus reconocimientos europeos: “Las medidas del Gobierno español son valientes y eficaces” –Van Rompuy dixit-; “Mantenemos la confianza plena en los esfuerzos de las autoridades españolas para consolidar su economía” –Sarkozy dixit-; “Apoyamos las medidas claramente” –Merkel dixit-. Pero volvemos a lo mismo, una cosa es que hagamos una política que convezca a nuestros socios europeos y otra cosa es que queramos protagonizar lo que no podemos protagonizar, entre otras cosas porque no nos corresponde y eso es bueno, porque evita que la opinión pública también se confunda y genere un clima de desconfianza ante la Unión que no es bueno para nadie y desde luego que no es bueno para España.

Así que volvemos al Consejo Europeo, que no es más ni menos que la toma de decisiones por parte de los Jefes de Estado y de Gobierno en una serie de cuestiones capitales. ¿Y cuales son estas? Yo diría que evidentemente es la crisis económica la que ha marcado de nuevo esta reunión que anuncia que ante todo ha de hacerse lo necesario para proteger la estabilidad de la Unión Económica y Monetaria para lo cual este Consejo sienta las bases de un gobierno económico mucho más estricto.

¿Y de qué modo lo hace? En primer lugar adoptando la “Estrategia 2020”, nueva estrategia para el empleo y un crecimiento inteligente, sostenible e innovador, marco de juego hasta el año 2020 que se irá desarrollando a través de medidas específicas que empezarán por las políticas de innovación y energía. En segundo lugar, garantizando la sostenibilidad fiscal, dando prioridad a las estrategias de saneamiento presupuestario y esto lo que quiere decir es que el volumen de ingresos fiscales sea similar al de los gastos públicos y no se produzcan situaciones de déficit presupuestario continuado, en línea con el Pacto de Estabilidad y Crecimiento. Y ese es el problema grave de algunos países, como España, que no han tenido más remedio que aceptar volver al camino de la sostenibilidad fiscal y realizar un recorte, parece que aún no suficiente, a los gastos públicos, recortes en los que hay muchos desacuerdos, sobretodo en la rebaja de las pensiones, en la disminución real de la inversión en I+D y educación y en la escasa simplificación y exceso burocrático de la estructura de la Administración Central, Autonómica y Local. Es importante también anotar la referencia que se hace a seguir adoptando una velocidad diferenciada en la consolidación fiscal. La Unión Europea sabe de sobra que por mucho que se mantenga la soberanía fiscal como instrumento de la política económica de los Estados, es necesaria una armonización fiscal global, pues lo contrario crea distorsiones en los movimientos de capitales. Lo que se hará es avanzar en la armonización de aquellos impuestos en los que se pueda, pero está claro que la meta final de la armonización fiscal es un elemento clave de la propia Unión Económica y Monetaria. La pena es que hay países que todavía quieren jugar, incluso a nivel regional, con los instrumentos fiscales, léase la gracia de determinar el impuesto de patrimonio en función de lo que para cada autonomía represente el nivel de riqueza. Hay algo tan elemental como que una cosa es la unión y otra cosa es la dispersión y ambas cosas son antitéticas. No estaría mal que algunos países europeos, más de uno, entendieran que la Unión que se construye es una unión de Estados y que, sentimientos aparte espoleados por las dificultades de la crisis, habrá que volver a hacer más Estado para mantener la Unión.

En tercer lugar y unido con la estabilidad financiera, resolver los vacíos de la reglamentación y supervisión de los mercados financieros, anuncio que se acompaña del consenso de los líderes europeos para sacar adelante una tasa sobre las operaciones financieras de la banca que ayude a sufragar futuras crisis financieras, propuesta que se quiere llevar a la próxima reunión del G-20 en Toronto y que veremos si servirá para mucho como ya anticipa Jean-Claude Junker, porque no olvidemos que ya se planteó en Pittsburg. En todo caso, quedará establecida para la Unión y no deja de ser un instrumento comprensible.

Finalmente se plantea de nuevo, una vez más y van mil, la necesidad urgente de reforzar la coordinación de las políticas económicas de los Estados miembros; Pacto de Estabilidad, vigilancia presupuestaria y supervisión macroeconómica. Construir una Unión Monetaria sin una Unión Económica ha sido un mal camino. Hay que tener ideas claras y desafío claros y por ello creo que es importante recordar los cinco principales objetivos que se plantea este Consejo: 1/ Índice de ocupación del 75% de hombres y mujeres; 2/ Mejorar las condiciones para I+D con el objetivo de llegar a una inversión del 3% del PIB; 3/ Reducir emisión de gases en un 20%, incrementar 20% renovables, avanzar 20% en rendimiento energético; 4/ Mejorar los niveles de educación; 5/ Reducción de la pobreza en al menos 20 millones de personas. Cada país que saque las conclusiones de cómo está de cara a esta nueva estrategia europea.

    Se puntualiza asimismo que todas las políticas comunes han de apoyar la Estrategia 2020, vigilancia presupuestaria, calidad de datos estadísticos, elaborar indicadores de la competitividad, regulación de los servicios financieros –La Junta Europea de Riesgos Sistémicos y las 3 comisiones de supervisión comenzarán a trabajar a comienzos de 2011-.

    Por último que el Consejo da el visto bueno, algo más, expresa su agradecimiento, al informe del Grupo de Reflexión “Europa 2030”. Este es un buen trabajo de Felipe González y de los miembros del grupo así como de las organizaciones y asociaciones que han colaborado. Ya hablaremos de este informe, de momento rescatemos algunas perlas del mismo: “Lo que vemos no es tranquilizador para la Unión y sus ciudadanos”… “Nos encontramos en un punto crítico de nuestra historia”… “Hace falta, sobretodo, un liderazgo claro y resuelto”… “Los ciudadanos sólo van a entender, abrumados por la crisis que no provocaron, que se les digan estas verdades con claridad y que se les llame a compartir un esfuerzo de superación comparable al que levantó a la Europa libre después de la II Guerra [Mundial]”.
¿Te ha parecido interesante esta noticia?    Si (2)    No(0)

+
0 comentarios