Los nuevos banqueros de Dios

La Iglesia española calcula en 2 millones de personas el número de los asistentes que durante seis días (16/21) del mes de agosto del próximo año 2011 participarán en la Jornada Mundial de la Juventud, que ya tiene siglas –JMJ- como una multinacional cualquiera. Una multinacional con potentes patrocinadores: SANTANDER, TELEFÓNICA, ENDESA, IBERIA, PRISA… y otros altos representantes de la Banca, la Comunicación y la Empresa en la católica España, que componen la piadosa Fundación Madrid Vivo, “una plataforma ciudadana y empresarial concebida para promover valores universales como la cultura, la educación y la familia”.

El evento costará unos 40 millones de euros, y parte sustanciosa de este gasto irá por cuenta de las arcas del Estado: no en vano hace menos de un mes el presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, mantuvo un encuentro de 30 minutos (¡qué caros son algunos encuentros!) con Su Santidad el Papa Benedicto XVI. Entre los éxitos -habrá que denominarlos así- de este encuentro hay que señalar el retraso (¿sine die?) de la nueva Ley de Libertad Religiosa, que incluía unos recortes de crucifijos sobre los que la Iglesia de España ya había puesto el grito en el cielo. Y es que los gritos en el cielo dan resultados extraordinarios, aunque en España se hayan convertido ya casi en ordinarios.

Emilio Botín (Banco de Santander), César Alierta (Telefónica), Antonio Vázquez (Iberia), Borja Prado (Endesa), Baldomero Falcones (FCC), Juan Miguel Villar-Mir (OHL) y hasta el inefable Gerardo Díaz Ferrán (CEOE), así como los Grupos periodísticos Prisa, Mundo y Vocento son los nuevos santones de esta nueva Iglesia, cuyos antiguos gerentes en nombre del Espíritu Santo (Michael Sindona, Roberto Calvi, el arzobispo Paul Marcinkus…) han sido sustituidos en Roma por otros con menos pedigree delictivo, tratando de esa forma de evitar mezclas inoportunas con el antiguo IOR (Instituto para las Obras de la Religión) y el Banco Ambrosiano  (o Banca Vaticana), que acabaron quebrando gracias, no a Dios, sino a aquellos banqueros de Dios, que más bien se comportaron como administradores de los Bienes del Diablo, de la mano de la Santa Mafia. Naturalmente, después de todas las bendiciones divinas.

A los nuevos banqueros de Dios los acaba de recibir este mismo fin de semana el papa Ratzinger… ¡No hay, por tanto, nada que temer! El papa les ha invitado a seguir colaborando en “esta bella iniciativa”, a la que asistirá en persona el Vicario de Cristo y que será presidida por su organizador, el cardenal arzobispo de Madrid Antonio María Rouco Varela.

¿Qué habrá ofrecido el vaticano a los nuevos patrocinadores españoles de esta Obra para la Religión? ¿Indulgencias plenarias? ¿La salvación eterna? Dada la poderosa influencia mediática de la época en que vivimos, no sería difícil imaginar la indumentaria de los jóvenes participantes en la ya muy próxima JMJ: en vez de insignias del Sagrado Corazón de Jesús o de la Virgen de Fátima, del Poverello de Asís o de San Vicente de Paúl, vamos a ver por doquier a miles de jóvenes que, cual “fernandoalonsos”, “rafanadales” o “jorgelorenzos” de la multinacional de Dios, lleven en sus camisetas medallas con el logo de la Telefónica, el Santander, Iberia, y quién sabe si también los de Danone, Bimbo, Nestlee y hasta el de los preservativos Control.

Mammón, el dios de las riquezas, también tiene derecho a publicitarse. No lo olvidemos: ¡vivimos tiempos de crisis global!