La organización de defensa de la libertad de prensa, Reporteros Sin Fronteras (RSF) condenó ayer el asesinato del periodista mexicano Roberto Marcos García, un crimen que eleva a siete el número de reporteros asesinados desde enero en este país, “el más peligroso para los informadores después de Iraq”.
Roberto Marcos García, que trabajaba para la revista "Testimonio", fue atropellado en Veracruz por un vehículo cuyos ocupantes bajaron y lo remataron a tiros.
“El mandato del presidente Vicente Fox termina el 1 de diciembre con el sombrío balance de veinte periodistas asesinados, sin que en ningún momento se haya molestado a ninguno de los autores intelectuales de estos crímenes”, denunció la asociación con sede en París.
Según la organización, México ocupa el segundo puesto mundial, por detrás de Iraq, en los países más mortíferos para los periodistas.
“Esta situación exige una movilización, tanto del poder político como de las autoridades judiciales y policiales, así como de los medios de comunicación nacionales. Hay que dotar de medios suplementarios a la Fiscalía Federal especial, encargada de reprimir los ataques a la prensa”, pidió.
Si bien la violencia que genera el narcotráfico es uno de los factores clave, la prensa también se ha visto amenazada este año por conflictos político-sociales, como el que se vive en Oaxaca.
Cinco días antes de la muerte de García, apareció asesinado a puñaladas en su departamento de la Ciudad de México el ex director del diario “Excélsior”, José Manuel Nava, además, el 28 de octubre murió de dos balazos en Oaxaca el periodista estadounidense Brad Will, camarógrafo de la organización independiente Indymedia.