El soul de Erykah Badu enamora en los Veranos de la Villa

La actuación de Badu era una de las más esperadas de los conciertos programados en el Escenario Puerta del Ángel, al que se acercaron más de 1500 personas para descubrir el mensaje musical de la gran reina de la música negra.

Hasta que la cantante hizo acto de presencia, su Dj Burton Smith convirtió la espera en una fiesta al remezclar grandes éxitos como "Sweet Dreams" de Eurythmics o "Kiss" de Prince.
Tras los clásicos discotequeros fue el turno para la presentación de la banda que acompaña a la artista estadounidense en sus giras, que a modo de "jam session" fueron incorporando poco a poco sus instrumentos para posteriormente ir desapareciendo progresivamente.
Pasadas las diez y media de la noche fue el momento para Badu, quien se acercó hasta su micrófono, situado en el centro del escenario, con una gran parsimonia y envuelta en un halo de misterio.

Los focos iluminaron a la cantante, quien lucía un enorme sombrero vaquero con detalles dorados y pantalones tejanos al más puro estilo "cowboy". De esta manera inició su particular espectáculo la solista, quien arrancó con "20 feet all", el primer corte de su nuevo álbum.

La voz sosegada de Badu y el piano de R. C. Williams crearon la atmósfera idónea para "Out of mind", uno de los temas más relajados de la última entrega de la artista.
"Paz y amor para todos. ¿Cómo os sentís hermanas? ¿Y vosotros estáis bien hermanos? ¡Mi nombre es Erykah!", exclamó la artista, quien en los primeros compases pidió respetuosamente al público de las primeras filas que no fumase por el bien de su garganta.
Gracias a "The Healer", Badu transitó hasta la versión más rapera y descarada de la compositora, quien homenajeó a un género musical "más importante que los gobiernos", según canta en este single perteneciente a "New Amerykah: Part 1 (The 4th World War)".

En la célebre "Appletree" la maestra de ceremonias se pasó a la percusión y comenzó a crear melodías con una mesa táctil. A los ritmos electrónicos se sumó el "beatbox" de Badu, quien exhibió su capacidad como instrumentista y vocalista simultáneamente.

De su álbum de debut "Baduizm" (1997) rescató, además de la anterior, los temas "On & on", donde mostró una perfecta compenetración con las tres coristas que la acompañaron, y "Certainly", donde volvió a exhibir su faceta más íntima y personal.

En "I want u" Badu lanzó su sombrero al aire y dejó al descubierto su gran melena dorada. El gesto sirvió para calentar aún más a los seguidores de la talentosa música, quien prosiguió con la espiritual "Love of my life", en la que evidenció su capacidad para adaptarse a cualquier registro vocal.

En "Didn't cha now", perteneciente al disco "Mama's gun" (2001), la artista continuó indagando en los sonidos que mezclan la tradición con la modernidad, una constante a lo largo de la carrera de Badu, de 39 años.

Con "Window Seat", una de las mejores canciones de la segunda parte de "New Amerykah", Badu demostró que sigue siendo la mejor cronista de su ciudad y, por extensión, de un país entero.

La cantante se vio implicada en un gran escándalo por la emisión del videoclip de este tema, en el que poco a poco se iba desnudando hasta simular su muerte justo en el lugar donde, supuestamente, Lee Harvey Oswald tiroteó a John F. Kennedy.

Badu puso fin a su actuación con este tema e hizo un guiño a la agria polémica lanzando con indiferencia una de las prendas que vestía. Además paseó de izquierda a derecha sobre las tablas del escenario, algo que no había hecho hasta ese preciso momento.

"No quiero irme de aquí, Madrid está muy caliente... Sabéis que os quiero. Deseo veros a todos el próximo año en este mismo lugar", confesó la artista, quien permaneció con el puño en alto mientras era correspondida con una gran ovación final.