Un margen para la esperanza empresarial

La publicación de los resultados empresariales de julio nunca ha sido tan esperada como la de este verano de 2010. El hecho de que pese a la crisis de "caballo" en la que estamos inmersos las empresas consigan ganar algo, menos en líneas generales que en julio de 2009 salvo excepciones como Telefónica y Repsol, abre un margen para la esperanza empresarial. Y de paso, para la recuperación económica y el Gobierno, que lanza la tesis de los brotes verdes ante la aparición de cualquier dato positivo.

Pero la cascada de resultados "esperanzadores", porque las empresas siguen presentando beneficios, están siendo poco premiados en bolsa salvo la Telefónica y la petrolera. Santander se deja un 0,8%, pese a que ha conseguido igualar los resultados del pasado año. El resto de bancos recupera algo del terreno perdido en las anteriores jornadas bursátiles. Antena 3, que multiplica su beneficio por dos, cae al igual que Telecinco, que los empeoro. Abertis pierde también en bolsa, aunque gana algo más de 300 millones. Constructoras como OHL o FCC, con beneficios, están pasando sin pena ni gloria, mientras que ACS que gana un 67% menos, cotiza al alza, pendientes los inversores de su movimiento en Abertis.

El resumen es que una vez más, los mercados financieros se aferran a cualquier dato para animar la inversión, pero sin un signo claro que demuestre que vuelve la credibilidad y la confianza en la economía. Y es que los analistas ven otros datos en las comunicaciones empresariales. En el caso de los de la banca, que siguen teniendo que provisionar importes considerables para prever posibles impagos futuros y que los ratios de morosidad continúan en aumento. Esto significa que el crash inmobiliario sigue lastrando la actividad bancaria, casi tres años después de haberse producido.

En el caso de sectores como el textil, alimentación o distribución, esta descontado el impacto de la subida del IVA para las cuentas del siguiente trimestres. Y las grandes compañías como Telefónica, Repsol, Santander y las constructoras, deben el margen de ganancias a la contribución del negocio internacional como se aprecia en sus cuentas. ¿Brotes verdes? No, una buena diversificación del negocio en el exterior por parte de nuestros directivos, que están salvando las cuentas españolas.