www.diariocritico.com
Ciudadanía crítica

Ciudadanía crítica

lunes 09 de agosto de 2010, 17:27h
Probablemente uno de los mayores bienes de una sociedad democrática sea la condición ciudadana de sus miembros. Pero no se trata de reducir la misma al ámbito tradicional de los derechos políticos, que dan a cada quien la posibilidad de ser elector(a) o elegible, sino de hacer que esa opción de participación plural sea efectivamente amplia y tenga a su disposición recursos que permitan su realización y den cabida a sus aportaciones.

La ciudadanía está hecha de prerrogativas y obligaciones, pues sólo del equilibrio responsable y regulado entre ambos factores puede derivarse una sociedad organizada en torno a la búsqueda y el logro del mayor bienestar posible para los individuos y la colectividad. El ejercicio ciudadano, entonces, supone unos propósitos éticos de creciente humanización y una corresponsabilidad histórica en la acción consiguiente. Sin embargo, para poder llegar a ese nivel es indispensable que junto con la vigencia de los derechos y garantías constitucionales las personas y los grupos los asuman en tanto se autoperciban, con justa razón, como constructores de la comunidad.

Ello significa que los ciudadanos, para ser tales, tienen que estar permanentemente involucrados en la definición y la gestión de los asuntos públicos, esto es, de aquellos temas que tienen consecuencias sobre el conjunto de la población y que, por tanto, deben ser de interés de todos. Eso es lo que se conoce como ciudadanía activa, la cual, a su vez, presupone que se trate de una ciudadanía bien informada.

La generación y la difusión de información diversa y de calidad sobre aquellos asuntos, al igual que el acceso real de toda la gente a la misma, son así requisitos fundamentales para el ejercicio de la ciudadanía, lo que convierte a los medios periodísticos en actores clave de los procesos deliberativos y de toma de decisiones en democracia. De ahí se colige que la información es un bien público y que el trabajo cotidiano de los medios noticiosos representa un servicio de interés público.

Mas a la información como recurso de la ciudadanía se tiene que sumar la educación, de modo que sea dable que cada cual desarrolle capacidades suficientes no sólo para obtener informaciones o para producirlas, sino además para que pueda procesarlas. Esas capacidades se refieren, entonces, a formarse y formar juicios, hacer análisis, intervenir en diálogos y debates, defender y promover derechos, cumplir obligaciones y exigir que otros también las cumplan, poder disentir y formular propuestas sustentadas. De esa forma, con información y educación, se puede conseguir potenciar una ciudadanía participativa y creativa.

Pero quizá la noción que mejor ayuda a sintetizar las cuatro características anotadas hasta aquí es la de ciudadanía crítica, ya que comporta, para todas y cada una de las personas que hacen parte (son partícipes) de una colectividad, el desafío de potenciar su comprensión política del mundo, en particular de su mundo inmediato, para intervenir proactivamente en su conformación y orientación.

No debe admitirse, por eso, que la ciudadanía sea descalificada como una presunta argucia (neo)liberal que aplana las diferencias y esconde las desigualdades ni que se la reemplace por una relación dirigista e instrumental entre el poder y las bases sociales. Al contrario, hay que recuperar el concepto en aquella dimensión integral —expresada en su carácter crítico— que la hace indispensable para la edificación de cualquier proyecto social.

[email protected]

Comunicador



Erick Torrico Villanueva
¿Te ha parecido interesante esta noticia?    Si (2)    No(0)

+
0 comentarios