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Viaje en clave económica del presidente

Las peticiones españolas de Zapatero...y las promesas chinas

Las peticiones españolas de Zapatero...y las promesas chinas

 Zapatero convencerá a la UE de las bondades de flexibilizar los visados
 China ha prometido estudiar cómo equilibrar la balanza comercial y las inversiones en renovables
 Promocionar la marca España es el primer paso para hacerse con el turismo

miércoles 01 de septiembre de 2010, 11:51h
Copa de campeones y bebé gigante, rubio. Con la escenografía apropiada -a los chinos les fascina el fútbol y si no que se lo digan a Beckham, que ha engrosado su patrimonio gracias a la venta de los souvenirs-icono del futbolista, más la ayuda del bebe muñeco diseñado por la cineasta Isabel Coixet, que algo sabe del mercado oriental-, el presidente del Gobierno se fue con dos mensajes. El de los empresarios: Hay que abrir mercado turístico y constructor como sea. Y con otro de los expertos económicos: China compra deuda española soberana a toda velocidad y tiene que equilibrar sus importaciones. Y los chinos, como siempre, han prometido con sonrisa enigmática que se verá.

De las promesas chinas saben emprendedores como la familia Bernat, antgua propietaria de Chupachups,o los Cosmen, propietarios de los autocares Alsa, y explotadores tras veinte años de lenta penetración en el mercado, de una considerable flota de vehículos allí. Telepizza acaba de aterrizar y varios estudios de arquitectura compiten habitualmente.

Trabajar en China requiere inevitablemente un socio local para moverse en el complejo mundo legal y alegal; toneladas de paciencia y una mentalidad muy abierta que acepte adaptarse a códigos sociales y culturales completamente distintos. Pero a España no le queda más remedio que hacerlo."Los turistas chinos son los que más gastan y sobre todo en Madrid, son hoy la nacionalidad que crece más rápido en visitas al país", señala un touroperador. Son 90.000 los chinos que visitan cada año España, según las cifras de Exceltur. Y no sólo eso, la emergente clase media china, empieza a querer irse de vacaciones, aunque sea por su país.

España puede, y debe, hacerse una marca reconocible para los chinos como mercado turístico, pero a la vez, tiene que controlar como potencia turística que es,este mercado, que también está virgen en el propio país. Las posibilidades de construcción de hoteles, inmuebles turísticos, desarrollo de touroperadores, apertura de líneas aéreas e infraestructuras son incalculables, tanto para nuestro país como para el territorio de China. Por una cuestión de cifras de población. Hoy tiene 1.330 millones de habitantes y consumidores. De ellos, existen entre 100 y 300 millones de hogares de clase media en China, y acumula ya más de 875.000 millonarios, personas con una fortuna superior a los 10 millones de yuanes (1,46 millones de dólares o 1,08 millones de euros).Según asegura el Informe de Riqueza “Hurun”, elaborado por la revista china con el mismo nombre, en 2010 los millonarios chinos crecieron un 6,1 por ciento respecto al año anterior.

Déficit

Zapatero ha usado el señuelo de los visados. El primer ministro chino, Wen Jiabao, prometió en Pekín a al presidente del Gobierno que China aumentará las importaciones de productos españoles para equilibrar la balanza comercial entre ambos países. Uno de cada cuatro euros del déficit comercial de España con el resto del mundo (50.182 millones de euros en 2009, es por 'culpa' de China. El año pasado, España compró 14.452 millones de euros a las empresas de la potencia emergente, mientras que las compañías nacionales sólo vendieron a China 1.989 millones, según datos del Ministerio de Industria. Una competencia claramente desigual, como la que mantiene con Estados Unidos,y que tampoco la primera potencia del mundo ha conseguido corregir. A pesar de las promesas.

La segunda promesa realizada por China es la de facilitar una mayor inversión española en el sector de las energías renovables: el país devora energía, e inevitablemente tendrá que usar todas las disponibles.

A cambio, Zapatero se ha comprometido a defender ante el resto de socios de la Unión Europea una flexibilización en la concesión de visados a ciudadanos chinos. En España residen actualmente 156.600 chinos, según el último padrón municipal. Su actividad económica tiene especial relevancia en puntos concretos de Madrid, Comunidad Valenciana y Cataluña, donde proliferan y controlan de facto ya (Getafe, Fuenlabrada, La Rambla son algunos ejemplos de poblaciones) los negocios de importación mayorista de bienes de consumo, así como los comercios de conveniencia al por menor.

Cifras mareantes

En el segundo trimestre del año, China desplazó a Japón como la segunda mayor economía del mundo, solo después de Estados Unidos, al alcanzar un producto interior bruto (PIB) nominal -es decir, antes de ajuste de precios y variaciones estacionales- de 1,337 billones de dólares. Hace un par de años, las previsiones apuntaban que China superaría a Estados Unidos en 2030. El banco de inversiones estadounidense Goldman Sachs dice que eso ocurrirá ya en 2027, y el Banco Mundial pronosticó en junio pasado que podría suceder en 2020. De momento, va camino de desbancar a Japón como referencia económica en Asia.

En paralelo, 150 millones de personas no superan el umbral de pobreza establecido por el Banco Mundial, y la renta per cápita anual, es decir el dinero con el que cuenta al año un ciudadano chino, no es ni la cuarta parte de la renta de un norteamericano.

Pero como consumidor y fabricante hay que temerle. Utiliza más de la mitad del mineral de hierro del mundo y más del 40% del acero, y para ello ha colonizado Africa, en busca del control de los mercados de materias primas. El año pasado desplazó a Estados Unidos como mayor mercado automovilístico global y a Alemania como primer exportador. Cuatro de las mayores empresas por capitalización bursátil son chinas, entre ellas la petrolera Petrochina y el Banco Industrial y Comercial.

La cuestión de la deuda

Y está el papel de China como inversor en deuda soberana, es decir la deuda institucional que emiten los estados. China es ya el primer acreedor de la deuda estadounidense, y en España, aunque no ocupa un papel relevante aún, sus compras aumentan año tras año a ritmos superiores al 10%. La dependencia de la deuda a devolver por un Estado concentrada en un país como China podría llegar a ser preocupante en un momento de aguda crisis, una cuestión que no escapa a las autoridades económicas españolas.

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