El Teorema de Tomás

  La ética y el  comportamiento interno de los partidos políticos son conceptos, en ocasiones, antagónicos. Prueba fehaciente es los que está ocurriendo estos días tanto en el PP como en el PSOE.

   El líder de los socialistas, es decir Rodríguez Zapatero, ha acuñado un nuevo teorema que se podría llamar "de Tomás". La síntesis es que en un partido mandan las encuestas. El desarrollo significa que no sirve de nada intentar, con mayor o menor éxito,  un mandato regional, local, o de cualquier otro orden dentro de la organización, porque si las encuestas te dan la espalda debes inmolarte en pro del partido (que no de los ciudadanos).

   El nuevo candidato, el impuesto por el marketing y las encuestas, el que, a priori, parezca contar con mas apoyo popular para hacerse con el ansiado cargo, será apoyado por todo el "aparato" de la organización.

   La ética viene a cuento al observar el lugar que ocupa en la valoración de los españoles, según los últimos datos del CIS, el propio presidente del Gobierno. ¿No debería Zapatero aplicarse a sí mismo el "teorema de Tomás"? Sobre todo, al ver como para Tomás Gómez ha supuesto un punto a favor, dentro de determinada militancia socialista,  el   hecho de haberse enfrentado a Zapatero.

   Por la misma razón que le exigió al dirigente madrileño su "generosa renuncia" a presentarse encabezando la lista de Madrid, con el argumento de que -según las encuestas- no podría ganar a Esperanza Aguirre, Zapatero debería  hacer lo mismo, porque -según  las encuestas-  tampoco el va a poder ganarle  al PP.

   Así las cosas, y por pura coherencia, Zapatero, una vez aprobados los presupuestos, debería anunciar que no va a ser candidato para los próximos comicios, convocar primarias en el PSOE y que el nuevo candidato recupere el favor de la ciudadanía que, como a Tomás Gómez, a él le ha dado la espalda.

   Mientras en el PP se pasan la ética por el forro. Le han devuelto, con anticipación, su carne de militante a Ricardo Costa cuando se conocen nuevos y comprometedores datos de la financiación ilegal del partido en Valencia. Se les derrumban todas las argucias legales que han ido levantando para frenar a los fiscales, apartar primero a Garzón y luego al magistrado Antonio Pedreira.

   Rajoy, con el rostro impasible de quien espera ver derrumbarse solo a su adversario, anunció esta semana que Camps volverá a ser el candidato en Valencia. Así nos luce el pelo.


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